miércoles, 20 de marzo de 2013

SILVER LININGS PLAYBOOK


Las enfermedades mentales son uno de los misterios que me han hecho investigar sobre su naturaleza porque todos, tarde o temprano, llegamos a padecer de algo. No hay que negarlo, solo aceptarlo y ser conscientes de ello.

Obras de arte se han hecho bajo el sagrado manto de la locura. Los autistas sabants sorprenden con su prodigiosa memoria para interpretar música, calcar la realidad con dibujos. Las depresiones de Hemingway nos ofrecieron sus mejores obras literarias y al mismo tiempo, lo privaron de la vida.

Los escritores y sus enfermedades, vaya si no. Pensaba esto luego de ver la película que titula esta columna, recién estrenada a finales del año pasado; fue nominada en ocho categorías en los recientes premios Óscar, y ganó únicamente en Mejor actriz, para Jennifer Lawrence. 

Es una comedia romántica que traspasa los lindes superfluos del género que ha lanzado al estrellato a las Novias de América como Jennifer Aniston, Meg Ryan, Julia Roberts, Sandra Bullock y recientemente, el ícono hipster Zooey Deschanel.

Acá los protagonistas son seres rotos, magistrales actuaciones del reparto que sostienen ciertas fallas de guión pero que pasan desapercibidas con la trama que encanta. Esta película está basada en la novela homónima de Matthew Quick, escritor que tiene mi misma edad pero muchos millones más, gracias a ese primer éxito.  

Pat es un bipolar que encuentra a su esposa con otro y casi lo malmata a golpes; se le dispara la enfermedad y bajo órdenes del juzgado, al hospital. Medicamentos, terapias, medicamentos, terapias. Luego regresa al mundo dispuesto a retomar su vida donde se quedó en pausa: recuperar a su esposa y volver a trabajar.

Conoce a Tiffany, una joven y bien parecida viuda que luego de deprimirse mucho por la muerte de su esposo, intenta —al igual que Pat— acoplarse en un mundo de señalamientos y vistas sobre el hombro. El encanto de esta película viene en los detalles de la historia, con un final ya esperado, pero que entretiene.

La enfermedad mental, ese lobo que muerde, ataca y a la vez es gentil, es el protagonista principal de una historia de gente quebrada por sí misma y las circunstancias normales de vivir la vida. 

Es una buena recomendación para verla un domingo por la noche. El consuelo es que la locura alcanza a todos, no solo unos cuantos condenados, o elegidos.

2 comentarios:

Fredy dijo...

'Cause I'd rather stay here, with all the madmen, than perish with the sadmen roaming free...
http://www.youtube.com/watch?v=NhKQinkxPak

Isabel dijo...

La pelìcula es buena, el libro también. Además de la historia de dolor y lucha por recuperar una realidad compartida, también hace un recorrido por la literatura estadounidense, que termina siendo depresiva en muchos casos. Una historia conmovedora para quienes entienden que todos tenemos algo de locos.