miércoles, 19 de diciembre de 2012

EL VERBO REGRESAR



Todo es un sueño. Un magnífico e interminable sueño. Lo que ustedes miran real, para mí es producto de mi imaginación y lo que yo miro, para ustedes es irreal. 

El mundo va a terminarse, lo sé. Pero no hoy ni mañana, ni dentro de dos siglos. Es la verdad de una civilización y un sueño para nosotros. 

No puedo dilucidar las pirámides cayendo y césares disponiendo de destinos como jeques de piezas de ajedrez.

Una vez fui niño y esa época paso volando frente a mis ojos con malabares y dolor. Ahora soy un tipo con calvicie, testigo de una batalla entre las canas y la barba, por eso entiendo la inminencia del final, todo tiende hacia la patria de los terminares.

Por alguna mala pasada biológica todo esto se repite generación tras generación, multiplicando la muerte con cada nueva vida, se nace y cientos de miles de personas investigan, intentan, añoran burlar los años y a la muerte. 

Cada vez morimos menos pero cuando lo hacemos es estrepitoso y frustrante que no conseguimos rascar el Olimpo. Vaya necedad de querer postergar lo inevitable. Es tan frágil y dura la vida, tan obsesiva, fallida. 

Morir, saben, es convertirse uno mismo en su propio agujero negro: todo gira hacia adentro y nada escapa, ni la luz ni la materia ni las ideas. Sólo quedan las constelaciones de conocimiento, los Sagitarios y Polaris eterna. El cosmos y el caos todo adentro de uno. 

Ahora lo sé, y por eso regresé a este lugar. A escribir, soy mi Sísifo.

2 comentarios:

pablo chuken dijo...

Brindamos por tu regreso, y por el tiempo que habrá de venir. Salud.

Juan Pablo Dardón dijo...

Gracias Pablo, siempre un gusto tus visitas y comentarios. Saludos!