domingo, 24 de enero de 2016

ESTAMPA DE DOMINGO EN LA TARDE


Hay animales grandiosos que salen de las profundidades
Como un cachalote que pasea un domingo
Atravesando el hastío de la marea
Muestra la gran cabeza y la cola que pesa inimaginable
Alguien escribirá sobre él
Es el virus de Melville y las fiebres del mar

Aparece de pronto un gigantesco calamar
Hacen luchitas sobre la lona de las olas
Las personas demás está decirlo, abren los ojos incrédulos
Comentando con asombro los enormes monstruos
De lo desconocido

Y luego se hunden de regreso al fondo
Abrazados comentando lo bien que lo hicieron
Y se toman un café o se fuman un cigarro
Es el final de la tarde de un domingo y todo es aburrido
Mientras dicen cosas como

-       Carlos (suponiendo que se llame Carlos) ¿viste la cara del marinero joven?
-       Sí, Alistar (suponiendo que se llame Alistar), juro que mañana se regresa a los Urales.
-       Pero viste, Carlos, ¡cómo la niña gritaba emocionada!
-       Sí, me mordiste fuerte el sexto tentáculo, Alistar, cada vez te vuelves más pesado.

Y así la charla mientras hojea uno
Las noticias internacionales
Y el otro pide la sección deportiva
La vida calma de las profundidades
Preocupan cosas como
El incremento de barcos cayendo por la Fosa de las Marianas
O la huelga de leones marinos frente a las Aleutianas
El cadáver de un pelícano cae lentamente como una pluma
A la par de ellos

Pensarán cosas como lo brillante que es el aire comparado
Con el agua oscura que les rodea
La levedad de un árbol
Y se imaginarán conceptos como las nubes
Imposibles como sabemos allá abajo
Miran a los hombres como entes divinos
Ángeles acaso
Que les ponen nombres fabulosos
Y les llamen Kraken y Moby Dick

El tiempo, vaya espesura, transita como una marea
Como un viento
Mañana será dentro de algunos meses o años
Hoy hay sopa con pancito de trigo y mantequilla
Total hace frío
Y los témpanos allá arriba dibujan figuras extrañas
Por ejemplo ese parece animal mitológico
Al que llaman caballo

Se despiden sin prisa esperando sentarse otra vez en el parque
Ya se encienden los volcanes
Ya se sumerge el sol que ilumina de repente el camino
A partir
Hasta mañana que es dentro de algunos meses o años
Y se encomiendan a los dioses que tendrán esas bestias allá abajo

Un marinero
Empieza a escribir en una bitácora de viaje
Dame fuerzas, vida, dame fuerzas

Las fiebres de mar empiezan

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