martes, 29 de julio de 2014

EL ARTE BAJO ASEDIO


La nota de portada del domingo pasado de Prensa Libre fue concluyente: el Ministerio de Cultura y Deportes es una moneda de cambio para el gobierno de turno, con el cual pagan favores políticos.

Es la cuenta de ahorro a la que echan mano cuando se necesita capitalizar los desfalcos y malversaciones de las otras carteras, a expensas de las propias malversaciones y desfalcos del Ministerio de Cultura y Deportes.

Es lamentable ver el estado del cuerpo cultural de Guatemala, es decir, los hacedores de cultura, los creadores de arte. Trabajan por vocación y pasión, por tener los huevos hinchados mientras otros huevones, se hacen de la vista gorda de la situación.

Las funciones fundamentales de la cartera de marras, no se cumplen. Los maestros pasan salarios de hambre, los estudiantes reciben clases a la mínima, las instalaciones son decadentes, no hay apoyo del aparato burocrático y el poco, es vilipendiado, coartado y reducido en su presupuesto.

Trabajar en ese ministerio, también es cuestión de fe. Conozco a varios, son mis amigos, mis colegas, sé de primera mano las trabas políticas, el poco dinero, los contratos tarde, los manotazos de los jefes (operadores políticos) que borran la mesa de trabajo, el esfuerzo, los convenios.

Luego ellos tienen que hacer lo que pueden con las sobras, los retazos, hacer funcionar, mantener latiendo el hambriento aparato cultural con migajas. Y cuando todo funciona, ya saben, aparece el ministro de turno, el jefe inmediato que es un recomendado, a lucir con sombrero ajeno. Si funciona, es gracias a él. Si falla, es culpa de los demás.

Difícil tarea la del gestor cultural. Su trabajo es facilitar la creación de arte, difundir cultura, inspirar a las nuevas generaciones, humanizar. Es llevar a un plano concreto las ideas, a lograr que los proyectos en papel lleguen a la calle sin tanta traba.

Lastimosamente de ese trabajo se habla poco, claro, es su obligación hacerlo y para esto están en esos puestos. Y sorprende que con tan poco que les queda, tanto en recursos humanos como económicos, logren llevar a cabo algo medianamente aceptable. Y que sirva y que funcione.

Me quito el sombrero antes ustedes amigos de Editorial Cultura y CREA. El trabajo suyo mantiene la esperanza sobre este mundo a pesar de la politiquería, la mala sangre, los trucos políticos, la avaricia. 

De todos los parásitos que quieren chupar la sangre que no les cuesta, las lempreas del buen trabajo, de los vividores del arte, de los zánganos de la cultura, de los buitres que picotean al moribundo. De esos desvergonzados que se dicen amantes de la cultura y el arte. Pedazos de caca todos.

Sigan ustedes con el buen trabajo, por favor.

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