martes, 11 de febrero de 2014

TOMÁS DE MERLO NO CONOCIÓ A BALDIZÓN

(Foto tomada de www.PrensaLibre.com)

La semana pasada fue la euforia de las películas de Facebook celebrando 10 años y todos (bueno, una buena parte de la mayoría de usuarios) publicaron sus vidas, un video - que ni es video - sino una sucesión de fotografías compartidas en la red social por cada uno de los usuarios en diferentes tiempos en su perfil.

Pienso que resumir la vida propia de esa forma, es levantar la mano y solicitar trascendencia en medio de la mar. La gota de agua que se sala para destacar en el océano. Pan con lo mismo y revisando los "videos", todos, invariablemente todos, son iguales. No hay nada especial en ninguno.

Cambian los colores de fondo apenas, pero luego la norma es la misma: grupos de gente abrazados, soplando velas, en diferentes lados del mundo, casamientos, bebes, mascotas. Se acabó. Mark Zuckerberg no ganará la Berlinale con esto.

Toda la semana pasada en lo mismo e inclusive muchos obligaban a ver sus patéticas "películas", uniformados, normados, invariables: “¿Ya le diste like a mi video?” Y obligado que es uno, a apachar el maldito botón y luego a recibir la tonelada de mensajes condescendientes sobre la vida sosa de un pendejo igual a mí. Protocolo Facebook, antes era no masticar con la boca abierta, ahora hay que darle “Me gusta” a la publicación ajena, aunque no nos guste, como besar a la tía fea cuando niños.

El comunismo no funcionó como práctica económica y de ordenamiento de la sociedad, pero se aplica a la red social más grande del planeta, hemos devenido camaradas de la superficialidad, compañeros. No me quejo, yo tengo redes sociales y no me molesta, no abogo porque las eliminen y pasen a cuchillo a los fundadores, no se confunda. Son divertidas y son herramientas de comunicación, gracias a ellas usted lee mi diatriba.

Sirven para compartir la felicidad (propia), para compartir la tristeza (propia), para dar buenas o malas noticias (de otros), para criticar (a los otros), para despotricar contra el gobierno (de turno), para lanzar indirectas a la mujer/hombre que les gusta (propia/a o de otras/os) y para gastar el tiempo laboral (de la empresa). Allí nos develamos como grandes conocedores y críticos de arte, políticos y que tenemos talento para el santo oficio medieval al momento de crucificar a quien se cruce.

En ese relajo, sale nuevamente a relucir el señor Manuel Baldizón, ese precandidato presidencial que se ha visto envuelto en polémica por sus supuestas malas juntas políticas y de financistas oscuros (bueno, pero quien se dedique a la política y esté libre de pecado que zampe la primera pedrada) y que se ha autoproclamado un maestro de neuromarketing y demás inventos de marketing, para el marketing político; donde no gana nadie sin un buen marketing, compuesto de especialistas en comunicación neuro y de marketing. Se me hizo falta algún marketing por allí, pues lo agrego acá: marketing.

Baldizón que aun no se sienta en el trono presidencial y la polémica le persigue porque ha demostrado ser un ídolo de barro en materia de conocimiento: los títulos que le validan como licenciado, magister o doctor, parecen ganados en una sorpresa de cumpleaños, uno. Otro le salió en una promo de cereales. Y el doctorado, parece que juntó las tapitas marcadas e hizo la palabra D O C T O R y el camión repartidor se lo dio de la misma mano de una edecán con dolor de tobillos de andar entaconada. Ahora las tesis con que se titula, salen a revisión pública y tiembla él. Y el resto de profesionales porque es una práctica muy común, es la verdad. Inclusive Borges el ciego nos habla de Pierre Menard, autor del Quijote, quien se dedica a escribir palabra sobre palabra tal obra de Cervantes, haciéndola pasar por propia para demostrar que el arte se repite eternamente y puede coincidir letra sobre letra, en un texto ya escrito. Algún Borges lo vuelve a hacer en una esquina del universo, o multiverso.

¿Pero cuándo los galones académicos han sido necesarios para sentarse en el trono de esta comedia? Nunca, ya veremos de qué está hecho el departamento de comunicación del todopoderoso partido LÍDER. Quien ofrece diputaciones a figuras de amplio espectro como futbolistas y financistas; mientras tanto publica Campos Pagados en medios de comunicación donde dice que destapar los plagios del susodicho es parte de una campaña de desprestigio. Desprestigio el que Baldizón hace de las instituciones académicas por hacer eso, desprestigio el de las universidades y asesores que avalan tal mentira. Vergüenza señores, eso debería de darles y no atacar la verdad. Goebbles sonríe en la tumba aun masticando la tableta de cianuro.

Mientras esto sucedía en redes sociales - esa especie de activismo de papalina y coca cola frente a la computadora - unos ladrones de arte se metieron a la iglesia El Calvario de Antigua Guatemala y sustrajeron a punta de pistola obras de Tomás de Merlo. Maniataron al sacristán y a desfalcar el templo. Pero con una agenda muy puntual, robaron lo más valioso. Fueron seis las pinturas de Merlo (La Oración en el Huerto,  La Flagelación,  La Piedad, La Coronación de Espinas, Jesús ante Caifás y la negación de Pedro, El prendimiento de Jesús y la curación de Malco. Fuente Prensa Libre.), estas pertenecen a la serie La Pasión. Invaluables en el sentido de patrimonio cultural nacional pero con un precio para coleccionistas inescrupulosos y corredores de arte de poca madre. De paso, los ladrones, cargaron también con copones y demás parafernalia sacra.

El robo de arte es una actividad muy lucrativa que definitiva e inexorablemente está arraigada en las clases altas dado la demanda de piezas de época para adornar sus casas, o bien, para sacarlas a colecciones privadas en familias de abolengo de la región. Muy católicos ellos, pero más cercanos a Iscariote, el colgado. Fariseos. Sin oferta no hay demanda y viceversa. Nuestra clase rica, apoderada, adinerada, los históricos de la fortuna, han tenido una visión paternalista acerca de qué es bueno para el país a costa de lo que sea. No señoritos, no se confunda, no estoy diciendo que son los causantes de que Guate esté como esté, pero culpa hay en todos y máxime en la forma de conducirse: creerse ser dueños de las decisiones para “mejorar” un país. La compra de arte robado es una práctica muy común en esos círculos y este robo dirigido y orquestado, un golpe maestro al patrimonio cultural de un país, duele. Es obligación de todos denunciar, pero principalmente ustedes galeristas, corredores, compradores, conocedores, de dar alarma de dónde se encuentran dichas obras. No hay que ser como los políticos que con una jugosas comisión, ejecutan el pase de los tres monos sabios.

Guatemala pierde la mitad de una serie de pinturas únicas, obras maestras barrocas. Es comparable señores, a que si partieran el Gran Jaguar a la mitad. De ese calibre es la pérdida de patrimonio cultural. Mientras tanto, para hoy, la euforia de las películas FB ha pasado. Baldizón se encamina tambaleante a la presidencia y alguien cuelga, trofeo de la ignominia, seis cuadros para deslumbrar a sus invitados. ¿Se acuerda de la escena de 300 donde Leonidas manda por un pozo a los invasores gritando This is Spartaaaaa!? Exactamente así estamos acá: Esto es Guatemala y el resto caemos en la oscuridad.


(Si tienen información, pueden denunciar a Fiscalía de Delitos contra el Patrimonio Cultural de la Nación del Ministerio Público. Teléfono 7934-6599)


4 comentarios:

la-filistea dijo...

Me gustó tu "collage infomartivo". De las películas de FB, Baldizón y el robo de las imágenes.

No sé qué decir, está de más. Vine a leer y a darme cuenta de la lucidéz de tu artículo.

Por lo tanto le doy "like".

Juan Pablo Dardón dijo...

Un abrazo Filis, gracias por tu like. Siempre es un gusto recibir tus comentarios, abrazo!

Mayra dijo...

Realmente y como la gran mayoría de veces, dejas sentir con tu pluma esa lluvia que cae sobre nuestras sienes diariamente en Guatemala y que aún creemos que es agua bendita. Aunque también por exploración y por qué no?, le di click a mi autofeisbuquera corta vida virtual 'en' y realicé una acre crítica sobre el darle un pavloviano like a todos los estatus ya que no existe el 'no like' para disentir. Mercadeo y motivo que me puedan castigar la cuenta. En fin, así las cosas a media luz y en la oscuridad total querido Juan Pablo, gracias por tu esfuerzo sostenido de alumbrar en la oscuridad de este mar inmenso!

Juan Pablo Dardón dijo...

Gracias por tu visita Mayra, tus comentarios siempre son bienvenidos y te agradezco tus palabras. Un gran saludo amiga y me alegro que encuentres acá más de algo valioso. Un abrazo!