martes, 9 de octubre de 2007

ENUMERACIÓN DE LA NOCHE


Dos huevos revueltos con mantequilla vegetal, dos porciones de salami, frijoles volteados. Pan y café dulce y fuerte. Dos antigripales verdes. Textos de la construcción de Europa, Carlomagno cabalga y los hunos meten la peste al occidente. Una bolsa de supermercado, dos desodorantes de mujer con olor a talco de bebé, no puedo evitarlo, odio los olores de los de hombre.

Cuatro chocolates Diablo. Uno menos. Un breve regreso a la Biblia, datos inconclusos. Almohada doblada detrás de la nuca, se respira mejor. Un programa en la tele sobre sobrevivencia. Aprendo trucos para mis cuchillos de explorador, dormidos en el cajón de calcetines. Dormito.

Vaso de agua. Caza de un zancudo. Arriba mueven muebles. Afuera alguien conversa mientras los pasos hacen eco en lo solitario y mojado que es el centro por las noches de lluvia.

Tocan una puerta para que abran. Nadie atiende, otro capítulo del Sacro Imperio Romano y extraño a mi computadora. Lápiz y papel de nuevo. Efecto de las pastillas o ya no puedo escribir por la tecnología. Letra pésima, inconexa. Ya no tocan la puerta, la martillan.

Pesadillas y la tele encendida. Baño y otro vaso de agua. Deshidratación y camiseta pegada. Fiebre segura. Un elefante se enloda feliz en algún lugar del mundo y yo aquí, hervido en gripe.

Caigo de nuevo hasta mi siguiente pesadilla, estoy caliente en todas las acepciones de la palabra. Erecto. Se me antoja una sopa de pollo con limón pero no sé nada, inmediatamente el conocimiento me abandona. Y las capacidades. Y la coherencia. Las motos anuncian el nuevo día y el nuevo diario. Quiero llorar cuando matan a Steven Biko. La tele arde como yo.

Miro a Carlomagno sosteniendo el mundo desde un caballo.
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13 comentarios:

Anónimo dijo...

He conocido a varios hombres que no les gusta usar los desodorantes de hombre. Algunos porque usan el de la pareja, otros porque dicen que funcionan mejor. Me causo mucha risa.

lu! dijo...

Como que estuvo interesante la noche...

Buena elección la de los desodorantes, no se porque hasta creo que se la marca jajaja, a mi los de los hombres me dan naucea y más por la mañana.


saluditos

lu!

Anónimo dijo...

Leerte es como un golpe en el estómago, me dejas sin aire una y otra vez. Eres un hombre de emociones intensas, se nota hasta acá. Saludos, Mariana Andrade.

Anónimo dijo...

que rico as de oler, jejejeje. amiga secreta.

Juan Pablo Dardón dijo...

MARIELOS: es cierto, uso desodorante de mujer porque no sólo huele mejor, sino porque me funciona de maravilla. Es un hecho, no sé si tendrá que ver con humores o cosas de esas, pero en mí, es una realidad.

LU!: sin duda, Rexona, jajajajaja. Huele discreto y es "user friendly" con las mujeres. Y lo único interesante de la noche fue la fiebre porque deliraba. Saludos.

MARIANA: gracias por el comentario y me alegro (de buena manera claro) que mis textos creen reacciones físicas. Por allí vendrá otro golpe, saludos y bienvenida.

AMIGA SECRETA: pues oleré a bebé un poco crecidito, jajajaja. Saludos!

Anónimo dijo...

Es increíble Juan Pablo, pero describís con tanta precisión una noche de enfermedad acompañada de situaciones de la vida cotidiana.
Yo te diría que acompaño con todo y la enfermedad un mi par de pedos rezagados del día.
Saludos....Federico

lu! dijo...

lo sospeche desde un principio...

Juan Pablo Dardón dijo...

FEDERICO: pedos... acepción que incluye gases, problemas del día y marihuana. Sea como sea, funcionan las tres, jajajaja, saludos!

LU!: sin duda, el mejor de la historia!

Anónimo dijo...

Me encantó esta crónica-relato...Supongo que porque es todo un almuerzo de sensaciones, olores, sentimientos, malestares, rutinas aderezadas con un halo de extrañeza...

Moniquita dijo...

Oh por Dios... Creo que me estoy enamorando!!! jajaja Me gocé mucho este relato, me encanta tu ritmo y en esta entrega, más todavía! Tengo un artículo pendiente todavía, así que te dejo por ahora y gracias por esa dosis perfecta de palabras para la imaginación!

Juan Pablo Dardón dijo...

CLAUDIA: exacto, la gripe funciona como batiscafo de lo olvidado, a veces enfermarse trae recuerdos y situaciones raras.

MONIQUITA: gracias por el piropo y ojalá quede bien el artículo, me alegro que enfermarse haya servido para inspirarte, jajaja! Un abrazo.

Anónimo dijo...

Me di cuenta que meti la pata al escribir mi comentario en tu otro "entry" y eso que no estoy usando el teclado de ese Cafe Internet con el cual tuve una relacion agridulce. Jajajaja. Espero ya estes mejor. A mi me gusta escribir asi con detalles, como es que decia aquel poeta? Es bueno encontrar lo particular en lo general y vice versa. Quien no ha estado enfermo y experimentado este despertar de los sentidos? A mi me da por apagar todo y ponerme esa cosa en los ojos que bloquea la luz, pero que me hace ver como una x-men o que se yo. Todo sea por la bendita paz.

Juan Pablo Dardón dijo...

Si, creo que la enfermedad bien se puede resumir a eso Carmen, la falta de paz corporal. Y bueno, la mental, pues se convierte en carencia diaria, jajajajaja. Saludos!