viernes, 13 de noviembre de 2015

COMO HOMBRE, MD, NO ME ENTIENDE


Ya sé, ya sé: no es para mí porque yo no compro zapatos de mujer. Es una marca de calzado femenino; pero sus campañas me afectan a mí y a todos a los de mi género, a la larga. Estas son mis razones.

La controvertida campaña publicitaria que está en boca de todos, la del Antifeminismo casual de MD, me había pelado por una simple razón: hablar de ella, ya sea en el círculo intelectual y/o académico, o la venta de tortillas antes del almuerzo, es validarla. Y eso no me importa en absoluto porque no me afecta. O eso pensaba.

Más allá de cualquier argumento de teoría de géneros y poderes emancipadores, la campaña lo tiene claro: hacer ruido. Y que mejores aliadas para hacerle la bulla que las ofendidas de siempre en estos casos: las intelectuales feministas. 

Tomemos en cuenta que los ejecutivos (o ejecutivas) de la marca y de la agencia publicitaria, por alguna razón, confunden con su versión caricatura, las feminazis. Y no es que no lo sepan: lo saben y por eso lo hacen. Hay dolo en esa decisión.

"Se escribirán sendos artículos (que ya se hizo), se viralizará la campaña (está en boca de todos), y llegaremos a un segmento que no siempre está interesado en comprar: el académico (pisto es pisto)", (INSERTE ACÁ A MALÉVOLO PUBLICISTA MANIPULADOR DE MASAS Y SERVIDOR DEL CONSUMISMO Y ESTABLISHMENT).

Empezó la bulla y tendré que aguantarla, me dije resignado, me tocará ver y leer cuanta porquería a favor y en contra esta campaña saque. Así que al mal paso darle prisa, miré el video y concluí dos cosas: el mensaje que lanza la campaña antifeminista es equivocado. Y dos, y no menos importante, me gusta la flaca que está tomando vino en el anuncio.



Todo lo que odio de una mujer está representado en la campaña de MD. Y no, no soy misógino. Me refiero a los estereotipos burdos que hacen tanto del papel de la mujer y del hombre. Hacen ver como débil a la mujer y como un percherón de carga al hombre, como que los hombres nos tragamos cualquier clase de manipulación a cambio de un buen pedazo de culo. Que sí, no me doy baños de pureza, caemos.

Para empezar, es equivocada la idea que las feministas son la versión hembra del Abominable Hombre de las Nieves: peludas, descalzas, sucias, agresivas y que basan su dieta en devorar hombres los tres tiempos de comida, tortillas incluidas. Esto fue lo que pensé en su campaña pasada donde decían que lo “Fashion no quita la Feminista”, o alguna frase facilona por el estilo ideada a las cuatro de la mañana, cuando ya los creativos y copys están cansados de tanta mierda del cliente.

Las feministas que conozco, distan mucho de ello. Mis amigas son personas dulces, de humor cáustico cuando se necesita, inteligentes, seres humanos de características maravillosas, cada una con su estilo de vestirse muy particular y genial. Y si nos vamos al otro espectro, el de la farándula, Emma Watson y mi novia Katy Perry, se definen como tal. Y son muy guapas y muy inteligentes ellas. Ya sé, ya sé, no entremos a detalles sobre su peso como figuras públicas y que del dicho al hecho, hay mucho trecho.

¿Qué odio de esta campaña Antifeminista? Que muestren que manipular está bien y es lo correcto por hacer, que ESE el papel de la mujer.

Que es bueno que los hombres hagan cosas por ellas. Que es bueno manipular a los hombres para conseguir pequeños caprichos, que es bueno manipular al hombre, al marido, al novio, al papá, al jefe, al hermano para alcanzar breves medallas en la guerra de los sexos. Pequeñas victorias de género que nos dejan a los hombres, confundidos sobre nuestro papel en esta tierra. Y ya suficiente tenemos con lo que dice la Biblia y Vicente Fernández.

De esa forma, se perpetúa el ciclo del machismo al adoctrinar que es bueno ser caprichuda porque siempre aparecerá un Leonidas al rescate. Que es bueno engañar, coquetearle a un medio bruto que hará cualquier cosa por una caída de ojos o un atisbo al escote. Y luego a la mierda, a chingar a su madre, maldito perro que me mira con lujuria. Coche pisado.

Es decir, el “Feminismo a conveniencia” inicia con el papel de la mujer y las cosas que le proveen independencia a ella a nivel personal: MI pisto, MI, carro, MI sueldo, MIS gustos, MIS viajes, MI cuerpo, MI gana de vestirme así, MI gana de no vestirme así. Perfecto y lo aplaudo, así debe de ser.

Luego se deja el empoderamiento del individuo para pasar a la inclusión del otro, o sea la pareja. Acá ya entra la división de roles en materia económica: NUESTRA salida a comer dividiendo la factura, NUESTROS hijos, NUESTROS problemas de endeudamiento de casa, NUESTRAS familias, NUESTRAS obligaciones de limpieza, NUESTRA división de tareas de hogar. Ok, la carreta hala mejor con dos bueyes.

Hasta llegar al desprendimiento de la responsabilidad con TU tambo de agua, TU rata para matarla, TU tarea evitar que se me ensucien mis zapatos MD imitación de Christian Louboutin. TU responsabilidad de darnos una mejor vida, TU tarea de hombre de la casa, TU papel histórico de proveedor. TU que no te pareces a mi papá que nos sacó adelante. TU que no eres igual al esposo de la Tutis que se la lleva de viaje a Orlando todos los años. Suputamadre, son más feministas mis huevos.

Miro en el mensaje de MD, esos tres niveles de abstracción. Y ese mensaje le rebota a mis amigas que no se dejan babosear por campañas publicitarias, además que el cuero se endurece con los años. Pero llega duro y pega con tubo a las mentes de las adolescentes y jóvenes comprendidas entre los 14 y 24 años, que es donde más aceptación tiene la campaña.

Esto según un breve análisis que hicieron estudiantes de la Universidad Matías Delgado de El Salvador, de una previa campaña de MD conocida como Lecciones para Hombres, en 2011. Por lo tanto, el mensaje sobre el feminismo, es errado respecto de la realidad y de la ardua labor que cientos de miles de mujeres hacen en el mundo por la equidad.

O sea, ningunea “sin querer queriendo” y lleva a la superficialidad la lucha por ejemplo, de aquellas que buscan alfabetizar a las niñas en aquella aldea de Quiché, o que le dejen de lanzar ácido en la cara a la adolescente que le dijo no al chico hindú. O que le partan la cabeza a pedradas los imanes chiítias a la mujer que no se quiso casar en el matrimonio arreglado de Afganistán. Sí, el feminismo es eso, no subirse en los lomos del burro de dos patas para pasar un charco.

El mensaje de la campaña lo puedo reducir así: ser feminista es ser egoísta respecto de MIS cosas y manipuladora para lograr MIS objetivos. Talvez Simone de Beauvoir se murió de una cólera al imaginarlo de esa forma.

En la serie de televisión más maravillosa que he visto, Mad Men, retrata un mundo dominado por los hombres y cómo terminan decidiendo los hábitos de consumo de las mujeres. También de cómo una creativa llega a la cima y sigue haciendo lo mismo: vender humo a las mujeres. La publicidad debe de ser así, así es su oscura naturaleza.

Hacer publicidad es una especie de juego inocente hecho para mentes inocentes y no muy informadas (son las que mejor compran). Todo esto ideado por un gurú de la comunicación de masas, para proveerle de ganancias a su cliente. Pero el costo social de roles dista mucho de la buena intención y del “humor” con que esto se aborde: los anuncios con mensajes erróneos generan patrones serios de conducta.

Volviendo al tema de MD, en esta campaña en particular, los hombres terminan siendo víctimas de un estereotipo que les enseña cómo deben de comportarse en ciertas situaciones, peeeero cuidado de pasarte macho maldito. Y como todos sabemos y lo aceptamos (al menos yo) somos los hombres animales de costumbres y si nos educamos, aprendemos. 

Por lo tanto la emancipación de roles históricos se deja de lado, se aplaude la guerra de los sexos donde uno debe de estar sobre el otro (shico cuando es en la cama). Tan bonito que es compartir en pareja sin el miedo de ser víctima del “caprichismo” de una, tan bonito que es compartir en pareja sin que la mujer piense que se está propasando su integridad de mujer.

Digo, yo te cuido, tu me cuidas. Nos cuidamos. Respetamos las diferencias y yo apoyo con mis fortalezas y tu con las tuyas. De por sí es difícil una relación de pareja, para seguirle inyectándola con roles estúpidos. Es creer en un mundo más unido y dejar de jugar a la casita, de mostrarle a las nuevas generaciones que hay igualdad y en ella, hay progreso en todo aspecto.

Así que este mensaje de la campaña confunde no sólo a las muchachitas sino a los muchachitos. MD feliz como una lombriz, porque sus campañas son exitosas porque la controversia, vende. ¿Ganar millones vale la desinformación de un tema tan urgente como la igualdad de género y condiciones de desarrollo? Hay formas más dignas de ganar plata sin ser tan Goebbels.

Puedo decir con propiedad que, si MD no entiende a su mercado objetivo y se hace la miope respecto del mensaje que está transmitiendo a las nuevas generaciones, mucho menos tendrá esa cortesía conmigo y el resto de mi "bando". 

Como hombre, MD tampoco me entiende.


Posdata:
No se pierda estos textos publicados sobre el tema:
A la mierda tu feminismo, de Lucía Canjura.
Antifeminista (cuando me conviene), de Nora Pérez
¿Colección "Antifeminista"?, de Elizabeth Rojas

3 comentarios:

Rodrigo Polo dijo...

Ooook…

A ver ¿Qué edad tenemos para considerar un anuncio de zapatos como guía de comportamiento? ¿Cuándo fue que nos dejamos mandar por un anuncio? Porque por todos lados veo esos golpes de pecho por una anuncio de una marca que toooodos sabemos es superficial.

El anuncio de “el ganador rubios” que “perpetua la imagen de macho alfa” y bla bla bla no me quita ni pone y no me obliga a querer ser “un ganador rubios” ni un “auténtico baquero” jajajaja tampoco salí corriendo a comprar Axe porque sus anuncios me prometen ser un magneto de mujeres… no sé si se entiende mi punto ¿En qué momento los anuncios se convirtieron en guía moral? ¿Quién cree que la crema y nata de la sociedad sólo toma XL? ¿Quién cree que Cerveza Gallo es la mejor cerveza? ¿Quién cree en realidad en la publicidad? Posiblemente uno que otro bobo, porque para ellos es la publicidad.

Honestamente siento que están primero, sobre “mistificando” la situación, y dándole a MD lo que busca, ruido.

Yo verdaderamente no veo nada ofensivo, lo que veo de MD es que está reflejando una actitud que sí existe en la sociedad, una que NO me gusta pero existe y no es la excepción a la regla, es casi la regla, pseudo feministas de ocasión abundan en todos lados, ya comenté en varios blogs al respecto, conozco casos de muchísimas mujeres que “objetivizan” al hombre y lo manipulan para sacarle plata, lo agarran de juguete, el caso más gracioso es el de un conocido casado (en fase de divorcio) que tiene una “amiga” a la que hasta le paga apartamento y la “amiga” lo tiene súper tonteado porque al mismo tiempo sale como con 5 más a los que también sangra, eso sí, que ni se nos ocurra ser objetivamente descriptivos con su actuar porque entonces “malditos machistas” o “sexistas de mierda”.

Toda mujer heterosexual, hago hincapié en lo de heterosexual, es en algún momento manipuladora, es algo inherente en el género femenino y no es una construcción social, es algo genético prácticamente, no hace falta enseñárselos, lo traen de fábrica, y tarde o temprano reciben “los mandamientos” “pseudo feministas” totalmente tergiversados y terminan encontrando “machismo” y “sexismo” hasta por debajo de las piedras excusando cualquier mala fortuna a “una cultura paternalista” sin analizar objetivamente la raíz de su mala fortuna.

¿Qué no abundan pseudo feministas que se les perdió el hilo de qué trata el verdadero feminismo? Para muestra un botón:

https://www.facebook.com/guatemalamenstruante/

Rodrigo Polo dijo...

Yo creo en el feminismo original, el que describe Wikipedia, el que busca igualdad de derechos, oportunidades y de responsabilidades, el que le dio voto a las mujeres, el que les abrió un espacio en la fuerza laboral.

En el pseudo feminismo que NO creo es en el que dice “por qué no hay más mujeres en sistemas” cuando la causa NO es el género ni la discriminación, es la falta de interés del género en esa área, algo que algunos estudios científicos teorizan tiene que ver con la testosterona y los estrógenos.

Las pseudo feministas primero hablan de la identidad sexual como una contrucción social, pero, las personas trans ponen entredicho esa afirmación sin fundamento ya que si un hombre nace con cerebro de mujer o viceversa no tiene cabida la idea de que el género se aprende y de nuevo, la ciencia ha comprobado que se nace con una identidad sexual y que los estrógenos y testosterona tienen un rol fuerte en ello.

Personalmente me agrada que MD describa un hecho, mujeres deministas de ocasión abundan, que sea o no políticamente correcto ponerno en su publicidad son otros Q20, lo que me parece ridículo es que todo mundo y sobre todo movimientos “feministas” arremeta contra una campaña publicitaria por decir las cosas como son en vez de abordar el problema de la doble moral pseudo feminista, insisto, casos de estos veo a diario sobre todo en las redes sociales.

Me apena muchísimo que existan tantísimas organizaciones “feministas” (ver las comillas que encierran la palabra) que están preocupadas de dejarse los pelos de las axilas, de no rasurarse las piernas, de mostrar fotografías con su período en vez de priorizar lo que la verdadera lucha feminista busca, igualdad de derechos y oportunidades para TODOS, hoy por hoy siguen habiendo abusos a niños y niñas en el interior, el típico caso de dueños de fincas que llegan sólo al mandado al casco de la finca a buscar a las jovencitas, ¿Qué les vamos a decir cuando salga a la luz todo el abuso que sufrieron? ¿Que las organizaciones que se crearon para velar por ellas estaban más atentas al a publicidad e higiene personal y rebeldía sin sentido?

Anónimo dijo...

Me encantó leer tu post! Y si esta bien que se escriba del tema, que se haga bulla (aunque eso le de publicidad a MD) porque aun hay demasiada ignorancia del tema y es sumamente importante para desarrollarnos como país que tanto hombres como mujeres estemos educados en temas de igualdad de género, nos conviene a todos no solo a las mujeres, no solo a los hombres.