sábado, 29 de agosto de 2009

FELIPE GRANADOS Y LA ESTÚPIDA: POKER, POESÍA Y PERRAS

He estado jugando al poker obsesivamente. Ganando mucho dinero y perdiendo más. Quedo igual luego de unas manos. Dinero virtual y la obsesión grande. Doce horas tiradas al basurero. No a los libros sí al mazo. Papel es papel de todos modos. Sucede que esta semana apenas tuvo cuatro días largos. Largos. Ya nada me sorprende sólo mi capacidad para perder y levantarme. En el poker virtual no gano enemigos ni me lío a botellazos o degüellan en la cantina o me persiguen para robarme o nos tiramos plomo y pólvora por una pequeña fortuna. Es como si lo hubiera vivido en película. Hace un tiempo conocí a un poeta tico que vino a Guatemala junto a un argentino. Yo tomaba con Javier ese día. Había salido de su tierra en bus con ese fotógrafo o reportero o escritor o presidente. Eso sucede cuando la gente es adorno, se olvida. Un trabajo para Soho (aquí todos sus artículos para la revista). Mi revista favorita porque tiene mujeres semidesnudas y artículos buenos. Colombianas desnudas. Reporteaba un artículo sobre la ruta de los mojados y el porteño venía con él. Ya no tomaba me dijo, ni consumía drogas. Lo hizo mucho antes y bueno, su mujer, su hijo, esas cosas. Sentados en un bar de la zona uno de Guatemala que ponía rock antiguo debajo de una bandera del sur esclavista gringo. La Arcada se llama el bar. Arcada. Como tres horas de charla apenas. Quería leer mi libro porque le dijeron que tenía que hacerlo. Quería leer su libro porque me dijeron que tenía que hacerlo. Ese protocolo entre escritores de la misma edad. Lo aburrido de conocer gente. Ahora que juego poker me recuerdo de eso porque siempre bromeé que me gustaría hacer un torneo en La Arcada. Que terminara en botellazos y tiros. No creo que las modelos de Soho llegaran a ese lugar. Sólo llega gente perdida en todo aspecto. Anacrónica. Triste. Cotidiana. Viejas glorias. Repetitivas. Corbatas flojas. Cerveza en una mano y obligandose a reir. Queriendo escuchar música para ponerle sonido a su nostalgia. Conózcanos. Tengo la misma edad que Felipe Granados, el mae del que les hablo. 33 años. Y bueno, se murió esta semana y no sé por qué. Internet no me da razones y ya. Así que lo acepto y ya. Les agrego un poema de él, mi favorito. Otra cosa que encontré es este video (hasta el final del poema) que colgaron junto a la nota luctuosa. Lo pueden conocer un poco. Yo lo hice. Lee sus textos y una mujer, una real hija de puta, grita anónima luego que Felipe termina de leer cada cápsula. Un ejemplo más que la poesía siempre, siempre se acompaña de estupidez.

One bourbon, one scotch, one beer

Te lloré borracho
como se debe llorar
para que sea genuino.

Te lloré borracho.
Recorrí la ciudad
con ganas enormes
de no llevar mi nombre
sólo para que no me tocara
esta tristeza.

Te lloré
caído en los caños
como un li-po cualquiera
supe entonces
que a veces la luna
se ve mejor desde la alcantarilla.

Te lloré
en un auto de la policía:
es la primera vez
que encierran a un fulano
por el delito menor de la nostalgia.

Te lloré borracho
y en mi delirium tremens
yo creía
que todos los borrachos
te lloraban.




(Foto y video de www.89decibeles.com)

15 comentarios:

Miss Trudy dijo...

Buen poema de despedida para tu cuate. Estoy segura que si uno tiene vida despues de esta vida (pero de eso si no estoy segura) ... y uno sabe que lo despidieron a uno asi ... es un buen feeling. Y aunque no se entere el fallecido, a los amigos siempre se les debieran de despedir con feeling. Nos hace mas humanos.

Wingston González dijo...

no puedo estar más triste. soundtrack para siempre.

Anónimo dijo...

Contestando la pregunta de Juan Pablo Dardón, Felipe Granados murió de complicaciones por VIH.

Anónimo dijo...

Contestando la pregunta de Juan Pablo Dardón, Felipe Granados murió de complicaciones por VIH.

Anónimo dijo...

Contestando la pregunta de Juan Pablo Dardón, Felipe Granados murió de complicaciones por VIH.

Anónimo dijo...

Lindo texto, tenia tiempo de no llorar sobrio

PROSÓDICA dijo...

Dicen que el conocimiento añade dolor... conocemos a través de lo que leemos y vivimos... pueda que en medio de todo, haya mucha sabiduría envuelta en el Libro de los Libros, tal vez no en cuanto a una verdad absoluta+religionismo, pero pueda que sí en cuanto a una forma de vida que te permita vivir sin agregar tanto peso.

Lastimosamente, habemos algunos adictos a vivir, sin miedo a que duela o simplemente cansados de la rutina o simplemente indomables. Es cuestión de espíritu, y sin duda este compañero tenía un caballo como espíritu, de esos que se te paran en dos patas y relinchan en segundos perpetuos.

Grande poema. También me gustó el que lee hasta el final, final del video.

Amó... amó con todo, no cabe duda y eso, ya es la mitad de la vida.

saludos

Anónimo dijo...

Por si no se entendió, Felipe Granados era un SIDOSO, o sea, por fin se murio esa escoria. Ojalá y así se mueran todos pronto para que se acabe de una vez esa peste.

Unknown dijo...

hijole como puede decir eso alguien ?

Anónimo dijo...

Escoria? Habría que saber quién lo era más, si aquél que se atrevió a llamarlo así o aquél a quíen se le dirigió semejante expresión. Bochornoso.

Claudia G. dijo...

Yo tengo una pequeña petición, a México no llegan los libros de poesía de Felipe Granados, cosa de quién sabe qué políticas, y yo desearía tener por lo menos "Soundtrack", será posible que pudieras conseguirlo y yo te envíe el pago de alguna forma.


Gracias.

Anónimo dijo...

fuí compañero de Felipe cuando trabajaba en una distribuidora de repuestos de bicicleta. me gustaría saber de que murió mi amigo. si alguien tiene imformación favor envíar a naluchar@gmail.com

costa sin mar dijo...

man no sé, es raro estar llorando por un tipo que hoy en la tarde conocì y del que he leído lo que està en la red,
gracias por darme a conocer al dàvalos

Perro_Azul: dijo...

Tuve la oportunidad de compartir con Felipe, sus ultimas noches y muchas madrugadas en San José, Costa Rica.Cuando decidió abandonar su tratamiento para vivir sus últimos días y entiéndase bien “vivir sus últimos días”, comprando muchos libros, asistiendo a recitales, bailando cumbia, Tego Calderón o Calle 13 y putiando a las gordas sabineras que solo saben gritar. Su irreverencia y sinceridad hacia q los q no lo conocían lo juzgaran mal y bien. Yo no celebro su ausencia pero si la oportunidad que me dio el destino de conocerlo, de leerlo y escucharlo, su partida dejo un vació en la poesía costarricense. Los invito a leer este artículo con comentarios muy acertados de quien fue nuestro hermano Felipe Granados. ¡Salud! Por haberlo conocido y porque nos ha conectado en este manto cibernético. Un abrazo a tod@s. http://www.nacion.com/ancora/2009/septiembre/27/ancora2100730.html

Cristina Ramírez dijo...

Más escoria me parecen los cobardes que no muestran su identidad para escribir.
No se quién es ni me interesa, solo quiero decirle que más rápido cae un hablador que un cojo, y que se va a tragar esas palabras que escribió.
Mi hermano era un gran persona y un gran hombre.
Espero que usted ni nadie de su familia atraviese una situación similar, porque no sabe lo duro que es.
ESCORIA, creo que ya se cual es su nombre, yo soy Cristina Ramírez, hermana de Felipe, yo no me oculto, si tiene algo que decir contra mi hermano me lo puede decir a mi!!!!!