miércoles, 25 de julio de 2007

EL PERIODISMO DE LA POESÍA Y LA POESÍA DEL PERIODISMO, 1

En la entendida de buscar historias uno se convierte en un voyeur, un shute por excelencia. Un amigo me comentaba sobre qué fácil se me hace conseguir momentos cursis, interesantes, fantásticos y sucesivamente. Qué él sospechaba que me los inventaba.
No supe qué responderle más que a veces uno está en el lugar correcto en el momento preciso. Pero va más allá de eso. Es estar atento al entorno, alerta a lo que pueda suceder. Y eso no se enseña en ninguna cátedra ni aula universitaria porque yo pasé por allí y no tengo memoria que alguien me la haya dicho.
Eso lo aprendí en mis largas jornadas como vago. Sí, recorriendo la ciudad de un lado a otro sin mayor fin que gastar la suela de los zapatos. Al inicio uno solamente camina de A hacia B y se acabó. En el ínterin aparece el mundo. Para los que nos gustan los misterios de la matemática, es lindo pensar en lo que encierra una línea recta. Las líneas rectas no son más que segmentos de una circunferencia, una esfera. Y el mundo es redondo, según Colón. Elaboren ustedes.
Por lo tanto el oficio de la observancia llana y silvestre (no como los observadores internacionales y otras vainas que miran las cosas con prismas prejuiciosas) es la semilla de la poesía, género literario de mi preferencia como saben. La lírica, el canto del mundo,
nace desde una banca porque se escribe sentado luego de ver largo, largo, largo.
Se hace constantemente y nace de una pregunta básica que atormenta a muchos a través de los siglos: ¿Por Qué? (Mi Wislawa Szymborska elabora más sobre ello en su discurso de aceptación del Premio Nobel en 1996), por lo tanto es un trabajo diario que le ha comido el coco a Catulo, Pier Abbat, Kavafis, John Donne, Porfirio Barba Jacob, Pessoa, Vallejo y a un montón más. El periodismo también se hace de diario y nace de la observación, la diferencia estriba en la permanencia: recordamos los poemas, pero no las notas periodísticas. Seguiremos luego, tengo que salir a caminar.

5 comentarios:

klavaza dijo...

Caminar así, sin rumbo, es una forma de buscar inspiración, mi padre lo hacía. Yo lo hacía de noche hasta perderme en lugares desconocidos y me gusta hacerlo en ciudades que no conozco. Es una forma de interiorizar el exterior, de devorarlo para hacerlo propio.

Anónimo dijo...

Hola. Sonrei al leer lo de shute. Aqui uno dice "shute" y piensan que uno dijo "shit." Creo que lo de observar (no mirar) al mundo con otra vision no se aprende en la universidad aunque yo tuve muy buenos profesores en literatura/poesia/filosofia etc. Creo que eso no se aprende sino que se vive. Me va de la patada en la escuela, pero uno tiene que hacer limonada si la vida le da limones no? Disculpa que no te habia venido a "visitar" antes. Saludos. ^_^

Juan Pablo Dardón dijo...

Gracias, por las visitas. Leon: es cierto, el entorno se mete a uno por medio de recorrerlo, los misterios exploratorios que no todos poseen. Carmen: siempre un gusto saber de ti y adelante entonces con el master. No te olvides de salir al mundo eventualmente. Saludos amigos.

elpatojo dijo...

Juan Pablo, creo que somos voyeurs por excelencia. Nos gusta esa silla cómoda, escondida tras las persianas, capturando el momento, la historia, la reflexión. De aquí los famosos "realities", pero bueno esto es tema para otro post.
Te felicito por tu recorrido. Porque todo ha tenido un propósito. Ha seguir andado andando y absorbiéndolo, como dice León.
Abrazote.

gatos dijo...

De repente uno tiene la convicción de que ha perdido el tiempo pero no es asi. En algún momento te sentarás a escribir y saldrá eso que creías era fútil, sin importancia, irrelevante y empieza el proceso: transmigrar el mundo a palabras.

Saludos