domingo, 13 de mayo de 2007

LA TERNURA

Mi abuela se muere de vieja. Ya los años le impiden reinventarse a sí misma, en cuerpo y alma. Se rindió y las golondrinas le cantan por las tardes; es cierto porque vive en Escuintla, ya nunca pudo dejar ese calor sureño.
Creo que fue porque mi abuelo la abandonó y no podría soportar otra ciudad ni otro clima. Fue tendera siempre y la quiero bastante en su menuda complexión de anciana.
Por las noches sueña que es mi abuelo quien llega a buscarla junto a mi tío el suicida. Ella me lo dijo y me da ternura cuando mira las fotografías sepia de su hijo vestido de scout.

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