viernes, 11 de mayo de 2007

ALMA MATER

Me dice mi amiga Anabella que la maternidad es un espacio solo, una isla para refugiarse. Creo que ayuda a proteger al vástago contra todo, es el único momento en que se puede tener control sobre la vida de otro ser humano y visceversa.
Antojo natural el de tener hijos, siempre llega tarde o temprano la alarma y el vientre pide y su hambre no se puede callar. Necesita ser útil, más allá del simple fornicio.
Para los hombres la situación cambia. No es mágica ni nada por el estilo, ni el lugar de felicidad indiscriptible como el lugar común sostiene. Es raro ver a la pareja devenirse por su fruto y eso es lo que cautiva, la entrega, los ojos con que lo mira. Sin duda, para ser padre hay que estar presente.

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