miércoles, 23 de mayo de 2018

LA IMPORTANCIA DEL FUTBOL

(IMAGEN TOMADA DEL PORTAL GUATEFUTBOL.COM, EL NUEVO COMITÉ DE REGULARIZACIÓN TIENE LA MISIÓN DE REGRESAR A GUATEMALA A LA ACTIVIDAD INTERNACIONAL DE LA FIFA)

Escribo esto para que hablemos de deporte y del estado en que actualmente estamos con la FIFA, hay un compromiso asumido por la nueva junta directiva de la Fedefut. La lucha contra la corrupción debe de llegar al deporte, no hay otro camino.

Se acerca el mundial y la fiesta global por excelencia suena sus tambores. Es momento de elegir como guatemaltecos - a los que nos gusta el futbol - nuestras selecciones favoritas porque, que nosotros lleguemos es casi imposible. Menos en las condiciones actuales.

Sucede que entre las múltiples desgracias que padecemos como país, el fut - parafraseando a Messi – “No se nos da". Vaya infamia, con lo tanto que nos gusta patear pelotas por este lado.

¿A qué se debe eso? Bueno, yo se lo atribuyo a la corrupción. Este fenómeno tan sui generis, tan de gobierno, tan arraigado que es el monstruo al que día a día todos nos enfrentamos.

La corrupción se cargó a la Federación de Futbol de Guatemala, a la Selección Nacional y a todo su personal. ¿Qué eran una mierda? Sí, lo son. Pero esa federación no es otra cosa que un reflejo de lo que nos sucede como país. 

Pero, si así como guatemaltecos nos metimos de cabeza a conocer los entresijos de la corrupción durante el gobierno del Partido Patriota (que no fue otra cosa que la gota que derramó el vaso histórico) debemos de meternos a bucear lo que sucede adentro del deporte federado.

La FIFA misma no está exenta de casos de corrupción, Blatter en el ojo del huracán llegó a renunciar por tales acusaciones. Ese caso salpicó a federaciones en todo el mundo, Guatemala incluida.

El futbol mueve billones de dólares, es más, la misma FIFA, podría constituirse en un país con un respetable PIB, con lo que factura de todas las competiciones alrededor del mundo.

Pero, organización aparte, el deporte ha servido de mucho, muchísimo para mejorar los aspectos de una sociedad. Es una cosa de autoestima social, una razón - les guste o no - de lograr cohesión y encontrar el rumbo de un país. Son de esas metas tan banales pero necesarias, para que se logre la unidad.

Recuerdo en las manifestaciones de La Plaza en 2015, al encontrarme a un amigo fanático del fut, con la camisola de la Selección Nacional de Guatemala y yo le increpé sobre ello. Su respuesta fue tan simple como lógica.

"Esta camisola no representa la derrota, representa la esperanza que, a pesar de todo, tenemos los que vivimos sumidos en la mierda". Carajo, tiene toda la razón y la sigue teniendo.

La suspensión de Guatemala de la FIFA se dio por un simple acto: no querer refundarse, limpiarse, abrir los expedientes, luego de haber sido encontrada la junta directiva en actos deshonestos.

Bueno, la FIFA lo puso claro: o se alinean en la lucha anticorrupción que tenemos en la Federación, o los suspendemos de toda actividad deportiva hasta que lo hagan. Y depurar un sistema podrido es más difícil que decirlo, vean nuestro sistema político.

La corrupción es un cáncer que se resiste a morir, aparezca donde aparezca, porque el dinero es adictivo, compra voluntades, y las quiebra. Lo único que se le resiste, es - bien romántico yo - las ganas de ser personas enteras y con capacidad de servicio.

Luego de la resolución de la FIFA de suspender a Guatemala, la Federación entró en un estado catatónico de inactividad: fue descubierta en flagrancia. Ya con los ojos puestos sobre ella, toda actividad ilegal o no, cesó.

Es decir, fue cuando se encendió la luz, que las ratas que roían el erario público quedaron petrificadas. Hicieron las del avestruz: metieron la cabeza en la tierra para no ser vistas, pero todo estaba sobre el tapete: llegaron a servirse a costa del Estado y a costa de las esperanzas de los que seguimos el deporte más hermoso del planeta.

Han sido dos años perdidos en que quedamos fuera de competiciones internacionales, claro, con tremendos personajes no íbamos a llegar lejos. Muchos pensamos que era una pena justa por los malos resultados de los jugadores. Muchos lo aplaudimos.

Pero es hora de enmendar el camino. Creo que, si la suspensión es justa para aleccionar a los corruptos, es injusto para las bases, para los jugadores que sueñan dedicarse a ello, profesionalizarse y hacer carrera. Y claro, llegar a un Mundial de fut.

La nueva junta directiva (realmente es un Comité de Regularización) debe ser rectificada por la Asamblea General de Futbol este viernes 25, y es necesario que, así como hemos estado atentos y vigilantes a las acciones del gobierno central, lo hagamos con ellos.

Hablo por mi patojo que le gusta ese deporte, por el hijo de mi amigo que brilla con su talento, por la adolescente que gambetea las noches en Futeca, por el empeño del equipo de secundaria de niñas de Escuintla, por los adolescentes de Sololá, por los de sexto primaria de la escuela olvidada allá en Zacapa.

Ellos no deben pagar por los errores de la junta directiva anterior, y la nueva, debe de arremangarse las mangas y echar verga. Así de simple y en buen chapín: “echar verga” para rescatar una actividad que nos debe de unir como nación y proveer de orgullo a Guatemala.

La profesionalización del futbol empieza en la profesionalización de sus directivos y ojalá esta nueva, donde destaco al Pin Plata, no lo debe olvidar. Exijamos que nos levanten la suspensión, que se abran los libros contables, las actas, que se persiga y paguen los culpables.

Que esta directiva sea un golpe de timón para reglamentarse a los requerimientos de la FIFA, y que podamos abrir las puertas a las oportunidades para nuestros niños y adolescentes. De ellos es el sueño mundialista.

La lucha contra la corrupción también debe de alcanzar al deporte federado. Empecemos con el futbol y sigamos con las demás. Hacer patria es lograr las mejores condiciones de desarrollo para nuestro futuro, es decir, nuestros niños.

Dejemos de lado los bandos, las banderas, las fanaticadas. Es momento de ponernos una misma camisola, besar un mismo escudo, aquel que nos habla de valores, trabajo duro y transparencia.

Vamos a limpiar la mesa. Es hora de trabajar.

#LimpiemosFedefut

2 comentarios:

Henry Ordoñez dijo...

Excelente resumen de la cloaca que se convirtió nuestro fútbol. Asi como la mayoría de clubes que son refugio de mafiosos y patrocinadores de dudosa reputación. Echemos verga expulsando a las ratas y trabajando en re construir nuestro país.

René Villatoro dijo...

Me quedo con esto: "Esta camisola no representa la derrota, representa la esperanza que, a pesar de todo, tenemos los que vivimos sumidos en la mierda".
Muy acorde con los momentos que vivimos. Saludos.