martes, 28 de junio de 2016

¡AGUAS!, VIENE EL AGUA

(Sátira publicada el 17 de Junio 2016 en Revista Contrapoder)

La temporada lluviosa se nos deja venir encima nuevamente este año con su cuota de esperanza, sorpresas y tantos estragos que ya debería de ser inscrita como partido político. Le presento acá una breve guía para sobrevivirla y que no muera en el intento. Claro, al menos que viva en zona de riesgo…

¡Ah, la lluvia y su mano de vida que reverdece todo donde pasa! Luego de los ardientes veranos que nos tiene sudados cuales marranos, aparece la esperanza en el horizonte: los bellos cúmulos nimbo al compás del canto del cenzontle.

Todo es alegría con las primeras lluvias, las aves cantan diáfanas, las plantas se levantan prístinas, la tierra nos adorna las tardes con el preticor que inunda los sentidos, los niños saltan charcos como queriendo saltar el tiempo, mientras las mascotas corren con la lengua de fuera disfrutando ese instante digno de una postal.

Lo anterior es una vil mentira, todos aquellos que transitamos en horas pico la ciudad lo sabemos, podemos ver las nubes grises de la desesperanza que se derriten sobre nosotros con odio, inundando los tragantes, asfixiando los carburadores, deslizando los autos rumbo al inevitable choque, derrapando las motocicletas, empapando a los peatones.

La temporada lluviosa es para el egoísta citadino, una de las peores para estar vivo, “Ojalá se hubiera volteado la lancha en el lago de Amatitlán cuando fui a ver al niño de Atocha y me hubiera ahogado, y no tener que crecer para vivir este tráfico maldito”, piensan varios en su desesperación.

Porque el tráfico se incrementa a niveles apocalípticos ya que nadie en su sano juicio quiere andarse mojando en el transporte urbano, al menos que su uniforme de trabajo sea el de un hombre rana y le toque vestirse de neopreno de cabo a rabo.

De lo contrario, aprovechando los precios bajos de los hidrocarburos, prefiere sacar su automóvil y lanzarse a la cascada vehicular que se arma día a día rumbo a los edificios de oficinas en zona 1, 4, 9, 10, 13 y 14. Sumado a que es preferible oler el pinito aromático que cuelga del retrovisor junto a un zapatito de bronce y su primer CD de Hombres G, que el olor a caballeriza mojada que despiden los buses de servicio urbano y extraurbano.

Pero no es culpa del grueso poblacional que no pueda bañarse como se deba, sucede que los veranos ahora se alargan más de la cuenta y no llega suficiente agua a las colonias para bañarse.

Así que, si usted se identifica con este último caso, le recomiendo que antes de salir de su casa, en vez de gelatina para el cabello, se unte el champú y lleve una pastilla de jabón en la bolsa del pantalón; así cuando se moje a media calle en un chubasco, de una vez aproveche y se bañe, lave ropa que carga puesta y la desagüe antes de llegar a casa. Nada mejor que dormir el sueño de los justos, limpio como anuncio de detergente.

Pero cuidado, no vaya a decir algo acerca que no llueve por el cambio climático, no sea que se jefe sea un férreo detractor de tal fenómeno mundial y le mande a la calle para que vaya a pregonar sus ideas comunistas a otro lado. No hay nada más deprimente que ser un desempleado en época lluviosa. * Inserte música de violín triste.

Entre los males que agobian al guatemalteco, están la política, la ineptitud al futbol, sus propios vecinos, la política (sí, ya lo había dicho, pero es tan mala que vale por dos), un estado debilitado, una élite reaccionaria y egoísta y las estaciones del año. Así es, como lo lee, ahora la misma naturaleza conspira para terminar de jodernos.

Si es verano, el sol abrasador tuesta los cultivos; si llueve, el agua ahoga los sembradillos; si hace frío, la mordida gélida mata las plantas. Pero, recuerde, que nada de eso es culpa del cambio climático, es únicamente una conspiración de esos ecoterroristas que quieren acabar con la propiedad privada. Es un menjurje de los vividores que no quieren que usted trabaje. Pinches ecoguerrilleros, dictan los tanques de pensamiento conservadores.

Repítalo mientras un cerro se le viene encima de la cabeza, o su casa es llevada en hombros por un río rumbo a la nada: NO HAY CAMBIO CLIMÁTICO. Gracias RedHombresRana.

La lluvia es acaso, el escupitajo del cielo a una sociedad desarreglada, sucia, neurótica, dejada y completamente obnubilada viendo su ombligo mientras otros hacen de esto, su campo de juego. Es muy fácil aprovecharse de las características anteriores para decir que las calles y avenidas de la urbe se inundan porque la gente tira basura en las calles.

Es más barato convencer de ello a invertir dinero, tiempo, proyectos de infraestructura para resolver el alcantarillado y citar a la prensa al lago de Amatitlán para mostrar que somos unos coches mientras una retroexcavadora saca cucharones de basura del lago. Esto desvía la atención pública que no hay un plan efectivo de tratamiento de aguas municipales ni de desechos sólidos. “Malaya”, se duele una ex vicepresidenta en la cárcel.

El político nunca tendrá la culpa de nada. Ya lo vimos el año pasado en la tragedia de El Cambray, donde el pin pon de culpas sigue en la mesa. Un tema ya superado, si me preguntan, al igual que el Mitch, el Stan, Agatha y la depresión tropical E12, a pesar que los damnificados por tales tragedias naturales, sigan… bueno, damnificados.

Ya que como sociedad nos caracterizamos por ser solidarios (una forma de excusar que somos “reactivos”, no “previsores”) le recomiendo que para ahorrarse unos quetzales, empiece a comprar víveres de una vez para apoyar la tragedia de este año - que la habrá -, así también se adelanta a la especulación de precios para esos casos.

Pero no hay que ser tan trágicos, lo sé, la lluvia es esperada a todo nivel y en toda clase social. Sí, hasta los grandes finqueros esperan la temporada lluviosa para que se calmen las aguas de la sociedad civil en el tema de desvío de ríos, cuencas para la agricultura y represas, que secan los cauces kilómetros abajo.

Sí, cuando llueve a cántaros los ríos se desbordan y el agua no falta en ningún lado, al punto que llega hasta la cocina de las comunidades, y no es que llegue entubada, simplemente se rebalsan de su tránsito natural e inunda las aldeas que meses antes morían de sed y luchaban por liberar los afluentes entrampados hacia los monocultivos.

Pinche agua malvada que hasta ella misma conspira contra la gente que la añora.

Ojalá el INGUAT tenga a bien cambiar el histórico eslogan que identifica a este terruño y modificar aquello de “Guatemala, país de la eterna primavera”, a “Guatemala, país de la eterna jodedera”. #PerhapsYouNeedALittleChingadera

viernes, 3 de junio de 2016

BELICE ES NUESTRO


(Sátira publicada en Revista Contrapoder del 3 de Junio 2016)

Recientemente el presidente Jimmy Morales convocó a los directores de varios medios de comunicación para solicitarles su apoyo en la agenda del Ejecutivo: recuperar Belice. Por medio de una emotiva carta que acá transcribo, revisamos su plan y razones de tal empresa.

“Estimados amigos comunicadores y comunicadoras, sean ustedes bienvenidos a esta nueva forma de hacer gobierno donde estamos juntos, codo a codo, en la titánica tarea de informar como nosotros queremos a la población.

No debe de pasar desapercibido que las penas que los guatemaltecos viven son muchas, por lo tanto, debemos crear una agenda informativa donde le mostremos a la población lo chilero y tuanis de vivir en este paraíso de tormentos primaverales conocido como Guatemala.

No agobiemos más a los chapines de corazón, al trabajador de a pie, al maquilero subpagado, al operador de call center que se dignifica dando vida a 20 o 25 perfiles de FB y Twitter por un mísero salario, mientras defiende lo indefendible.

No señores y señoras, seamos nosotros como aquella fábula de la zorra y las uvas, de Hisopo, donde la zorra intenta alcanzar las uvas para comerlas, pero no puede. Debemos nosotros aprender de ello y ser como las uvas, inalcanzables a los problemas de terrenales. Quedarnos acá arriba, redonditos y gorditos, mientras las tarascadas de la crítica vienen de abajo.

Es similar a la fábula de la cigarra y la hormiga, hay que aprender de eso también y no dejar que el tiempo nos alcance en trivialidades, porque dicha moraleja nos enseña claramente que debemos ser, no cómo la cigarra que canta y canta, menos como la hormiga que trabaja y trabaja – porque afrontémoslo, qué hueva trabajar día y noche -  sino debemos ser como la comida que carga la hormiga: dejarnos llevar por las circunstancias y ser alimento de Dios.

Con esta breve introducción, les presento mi plan de gobierno que es simple y complejo al mismo tiempo, este fue ideado junto a mi equipo de gobierno y nos ha costado muchísimo al punto que ha dejado calvo a mi propio hermano: necesitamos recuperar Belice. Belice es nuestro y es una lástima que, teniéndolo prácticamente en nuestras narices, miremos cómo se nos escapa.

Ustedes podrán preguntarse cómo es que esta sea la prioridad de mi gobierno, pues se los explico para que no exista confusión. Luego de poner en perspectiva el futuro de Guatemala, analizar de cómo hemos llegado a estos límites de corrupción, de piñatización del orgullo chapín, de desfalco de las riquezas nacionalistas, concluimos que no es la falta de insumos en los hospitales públicos, o que la SAT no logre desenmascarar las tácticas que utiliza el gran capital para no pagar impuestos, nada que ver.

Guatemala no está sumida en la desgracia por el abandono de instituciones como la Policía Nacional Civil, el Ministerio Público, o dejar que las mafias coopten el Organismo Judicial, es tonto pensar lo contrario. Menos aún que el Congreso de la República haga lo que se le da gana, jugando a la silla loca entre ellos poniendo su gordo trasero en los asientos de los partidos que allí representan. No y no, eso no es problema, se los juro por la madre muerta de Roxana Baldetti y sus hijos Payo, Puyo y el nuevo ese que le acompaña en los juzgados, Pillo, creo que se llama.

Todos esos problemas son menores, superfluos, hemos descubierto que se originan en la falta de nacionalismo. El nacionalismo es uno de los valores que más necesitamos recuperar, que el guatemalteco se sienta orgulloso de ser guatemalteco, así como Harry Potter se sentía orgulloso… no de ser inglés, claro que no, se sentía orgulloso de pertenecer a la orgullosa casta de Gryffindor, de la misma forma que podemos ver en los documentales esos de Rambo, cómo lucha por defender al país del comunismo.

El nacionalismo es lo más importante que tenemos y debemos de recuperarlo. Colocamos en una rueda de la fortuna estos problemas y la giramos, cayendo dos de 456 veces, que debemos buscar por cualquier medio, recuperar Belice. Y esto, no crean ustedes, que es una idea nueva: tuve una visión mientras pensaba en un capítulo de Black Pitaya en el programa de televisión más importante de los últimos 200 años en el país: Moralejas.

Belice es nuestra salida al Atlántico y es una tristeza que ningún guatemalteco le ponga coco a este problema. Que se le haya dejado en el tintero durante años, que aparezca eventualmente cuando las tensiones estructurales aparecen. Y eso es lo que debemos derrotar primero: las estructuras mentales que nos impiden el desarrollo, porque si cambias tú, cambio yo, y si cambio yo, cambia todo. Así dice la publicidad y todos sabemos que la publicidad nunca miente.

Tengo pensado movilizar más de tres mil efectivos del glorioso Ejército de Guatemala, incluyendo los carpinteros que fueron obligados a pagar de su bolsa los escritorios que gentilmente nos donó dicha institución, van a llegar y atacar el problema de frente.
El cuerpo de ingenieros será el encargado de hacer los esbozos de los planes de recuperación y como la infraestructura vial está casi destruida, solicitaré al pelotón de paracaidistas que se dejen caer desde los cielos para que la operación sea rápida, efectiva y recuperemos Belice lo antes posible.

Atacaremos desde todos los flancos, la operación iniciará desde las primeras horas de la madrugada cuando los vecinos ni se lo esperan, y así con las primeras luces de Albavisión, tanto los vecinos de la zona 18 y 6 de la capital, así como la comunidad internacional se dará cuenta que las obras de recuperación del dichoso puente han iniciado.

No podemos dejar que pase otro día sin que hagamos algo por el abandonado puente de Belice, sin él, nos quedamos sin salida al Atlántico y eso afectará la economía nacional elevando los precios de la canasta básica a niveles estratosféricos. Recuperaremos el puente de Belice a cualquier costo, y los mártires de dicha operación serán recordados como héroes de la patria al evitar una tragedia de niveles inconmensurables. Sería nefasto que dicha infraestructura se cayera a plena hora pico, con decenas de autos, al río de las Vacas.

Ese es mi plan de gobierno, amigos de los medios de comunicación. Quiero terminar mi período presidencial con la frente en alto y diciendo a los cuatro vientos: BELICE ES NUESTRO, ESCUCHEN TODOS, EL PUENTE DE BELICE ES NUESTRO Y LO RECUPERAMOS EN CUATRO AÑOS.


Tengan ustedes, muy feliz día y recuerden que camarón que se duerme, se lo lleva la corriente. Por eso hay que ser como la piedra de río. O el pescador que pasa hambre porque no tiene camarones, pero… eso no, ¿qué feo pensar en el hambre, verá?”