Con gran sorpresa me enteré que la famosa
página La Penúltima del matutino elPeriódico, llegó a su fin, borrando así de
un plumazo en mesa de junta directiva, más de 15 años de labor de periodismo de
opinión de vanguardia.
Fueron pioneros. Para enterarse del
quehacer nacional y cultural en breve, era la sección de referencia. Las plumas
escogidas fueron un baño fresco al soso, opaco y anquilosado periodismo de
opinión de esos años.
Allí había colmillo (en cualquiera de sus
acepciones) y garra para enfrentar a esa bestia llamada Guatemala (ese paisito
de mierda… frase llevada al ideario nacional por el Gato Zepeda) y se logró.
Sin esas voces oportunas, no se hubieran gestado muchos despertares.
Esto es breve, no entraré en apologías lastimeras,
pero perder ese espacio es perder contacto, es perder conversación con gente
que apenas veo y que me importa mucho su pensar.
Extrañaré los lunes de Andrea Ixchiú (a
ella no la conozco pero se me hace una chava inteligente y aguerrida), las
martes de Luis Aceituno (con ese justo punto de vista relacionado a todo,
escrito magistralmente), los miércoles de Lucía Escobar (su particular
lucha y denuncia y talento periodístico), los jueves de Maurice Echeverría (el
prisma necesario para ver de fuera la realidad), los viernes de Andrés Zepeda
(mi periodista gonzo favorito) y los sábados de cátedra y magia de Raúl de la
Horra.
Realmente los extrañaré a todos. Eran
acaso, la única razón por la que compraba elPeriódico. Quiero pensar que este
diario tomó una decisión comercial y no de censura, al eliminar dicha sección.
¿Por qué? Simple, allí he leído las críticas más severas, los análisis más
profundos, las crónicas más tiernas, las voces que no se han vendido al establishment en cualquiera de sus
acepciones.
Eso lastima los ojos y oídos y egos, de
personas relacionadas al poder. Del capital histórico y político más turbio de
este "paisito de mierda". Eliminar esta sección cuando se rumora que elPeriódico
tiene densos vasos comunicantes con el Supremo Líder, levanta sospechas.
Insisto, ojalá esto haya sido una
decisión de esos analistas de mercado que poco saben de cultura, de arte y que
les vale verga el aporte que dos mil caracteres hacen al ideario nacional, al
cambio profundo de estructuras.
Se entiende cuando eso sucede, porque llegan
para darle un "aire fresco" a las publicaciones, aunque, entiendan, el
desodorante ambiental no quita el olor a mierda y quitando ese espejo de voces,
no van a mejorar la vida de los lectores. Así ya son cualquier cosa, cualquier
otro periódico.
La Lucha me dice que está afectada porque le
duele dejar su espacio, Maurice es más práctico y comenta que es una decisión
comercial, Raúl explica en su columna que le jode dejar a los lectores.
También que se les pagaba Q400 por texto y sumando los seis semanales, por un
mes, es un gasto de Q9,600.
Justo lo que gana un mal editor de
nacionales, un mal vendedor de anuncios, un gerente junior de esos que les vale
madres lo que sucede en el país. Pero, insisto, es el medio que sabe cuáles son sus
prioridades.