lunes, 20 de julio de 2015

LA PENÚLTIMA Y NOS VAMOS


Con gran sorpresa me enteré que la famosa página La Penúltima del matutino elPeriódico, llegó a su fin, borrando así de un plumazo en mesa de junta directiva, más de 15 años de labor de periodismo de opinión de vanguardia.

Fueron pioneros. Para enterarse del quehacer nacional y cultural en breve, era la sección de referencia. Las plumas escogidas fueron un baño fresco al soso, opaco y anquilosado periodismo de opinión de esos años.

Allí había colmillo (en cualquiera de sus acepciones) y garra para enfrentar a esa bestia llamada Guatemala (ese paisito de mierda… frase llevada al ideario nacional por el Gato Zepeda) y se logró. Sin esas voces oportunas, no se hubieran gestado muchos despertares.

Esto es breve, no entraré en apologías lastimeras, pero perder ese espacio es perder contacto, es perder conversación con gente que apenas veo y que me importa mucho su pensar.

Extrañaré los lunes de Andrea Ixchiú (a ella no la conozco pero se me hace una chava inteligente y aguerrida), las martes de Luis Aceituno (con ese justo punto de vista relacionado a todo, escrito magistralmente), los miércoles de Lucía Escobar (su particular lucha y denuncia y talento periodístico), los jueves de Maurice Echeverría (el prisma necesario para ver de fuera la realidad), los viernes de Andrés Zepeda (mi periodista gonzo favorito) y los sábados de cátedra y magia de Raúl de la Horra.

Realmente los extrañaré a todos. Eran acaso, la única razón por la que compraba elPeriódico. Quiero pensar que este diario tomó una decisión comercial y no de censura, al eliminar dicha sección. ¿Por qué? Simple, allí he leído las críticas más severas, los análisis más profundos, las crónicas más tiernas, las voces que no se han vendido al establishment en cualquiera de sus acepciones.

Eso lastima los ojos y oídos y egos, de personas relacionadas al poder. Del capital histórico y político más turbio de este "paisito de mierda". Eliminar esta sección cuando se rumora que elPeriódico tiene densos vasos comunicantes con el Supremo Líder, levanta sospechas.

Insisto, ojalá esto haya sido una decisión de esos analistas de mercado que poco saben de cultura, de arte y que les vale verga el aporte que dos mil caracteres hacen al ideario nacional, al cambio profundo de estructuras. 

Se entiende cuando eso sucede, porque llegan para darle un "aire fresco" a las publicaciones, aunque, entiendan, el desodorante ambiental no quita el olor a mierda y quitando ese espejo de voces, no van a mejorar la vida de los lectores. Así ya son cualquier cosa, cualquier otro periódico.

La Lucha me dice que está afectada porque le duele dejar su espacio, Maurice es más práctico y comenta que es una decisión comercial, Raúl explica en su columna que le jode dejar a los lectores. También que se les pagaba Q400 por texto y sumando los seis semanales, por un mes, es un gasto de Q9,600. 

Justo lo que gana un mal editor de nacionales, un mal vendedor de anuncios, un gerente junior de esos que les vale madres lo que sucede en el país. Pero, insisto, es el medio que sabe cuáles son sus prioridades.

Así que a mí, como lector, me perdieron. Me privaron de mi dulce. Y no soy el único, por eso digo, ¿quitaron La Penúltima? Bueno, vámonos. Larga vida a esas voces que supieron resistir, y comunicar, y denunciar y emocionar. Espero leerlos pronto nuevamente.