jueves, 27 de marzo de 2014

CALIBRE 38 AÑOS ESPECIAL

(Dripping, Jackson Pollock)

Nuestros padres mueren
Hemos cambiado ya demasiadas mascotas
Envejecidos como muebles nos vemos a través de habitaciones
La superficie rayada de tantos vasos que resbalaron sobre nosotros
El corazón reconstruido tantas veces que ya es grasa
Ya el sol nos ha cortado la piel con sus espadas diarias
Ya las arrugas
Ya las bonitas de ese entonces son fotografías
Que hasta ellas mismas suspiran de frente evocando esa luz
Los hijos logrados los hijos perdidos
Los pechos mordidos y gozados
Los vientres llenos a ratos y memoria rabiosa y consternada
Nuestros vientres prominentes donde se guarda la nada y la fiesta
Los pies cansados ya

El otro día la cruda trajo para siempre las ojeras
Y esa necedad de que todo se hace mejor así
Este naufragio nos ha dejado libros flotando en aguas oscuras
Nos aferramos al conocimiento y una luz sube y baja a la distancia
La tierra prometida a nadie
La fatamorgana disoluta en el cielo
Nos embarcamos pensando encontrar al mundo plano pero era vacío
Un sueño de una tortuga que escribe
El doctor
El doctor ya como una conciencia
Recuerdo cuando cumplí doce años yo tenía un revólver treinta y ocho en la mano
Y le apuntaba a la pared
Y a mi hermano
Y reíamos porque en ese entonces la vida no valía nada más que un juego
Y como un juego tendría que acabar como un aguacero que interrumpe 
Lavando la magia a las raíces de los árboles
Y los niños vuelan bajo el ala de la madre
Yo no quería nada y decidí pegarme un tiro con esa arma negra y pesada
Con una bala que me miraba a través del cañón con su ojo ciego y expansivo
Quise escribir una nota suicida
En ese entonces yo grababa casettes donde inventaba cosas y me hacía el chistoso
Pude haber dejado mi voz diciendo adiós puto mundo adiós
Pero quería escribir porque mi mala letra daría cuenta de mi mala cabeza
Abierta ya
Trepanada por el plomo y mis ideas rojas en un pollock escurriendo
Si es que eso es posible
Y la hoja en blanco mirándome de regreso y vi el cielo amigos
El blanco cielo abierto
La nada frente a mí
Y esa belleza me cegó la mano y las ideas
Ya nada salió de mi pluma para decir adiós puto mundo adiós
Y el revólver cada vez más pesado en mi mano y la mecánica sucediendo
El percutor puesto
El gatillo a punto
El ojo de la bala cerrado en la tensión a la explosión
Por un párpado que baja y esconde a la muerte
No pude escribir una carta de despedida
Casi me mato
Casi me ciego
Casi me hago una pesadilla para una madre
Una leyenda para un colegio
Una estadística de conflicto armado

Esa noche cené con mi familia
Jugamos con mi hermano nuevamente
La bolsa del pan de rodaja era un balón de futbol americano
Nos tacleamos
Y se rompió la hogaza y un profundo olor de pan fresco
Me abrazó como nadie me ha abrazado nunca
El trigo muerto me reconoció fantasma
Desde entonces las panaderías son cementerios para mí
He buscado ese aroma siempre
El pan fresco roto de la noche en que casi me mato

No le temo a las armas desde entonces
Somos de la misma manada
Herramientas de la muerte
Soy calibre treinta y ocho años especial

Ya nunca me perdoné por seguir vivo
Ya nunca volví a ver a ese revólver

martes, 4 de marzo de 2014

MALA SUERTE DiCAPRIO


Leonardo DiCaprio pierde 0 – 4 contra La Academia de Artes y ya es un chiste cada vez que le nominan. La inmediatez de sus fanáticos le apuran y exigen al cónclave del cine más importante del planeta que le otorguen su chico dorado a su chico dorado.

Está bien, pero Peter O´Toole fue nominado ocho veces y nunca lo ganó. Sí, el mismo de Lawrence de Arabia (1962) o el gran Richard Burton, nominado siete veces sin conocer el oro y eso que protagonizó el clásico de Quién le teme a Virginia Woolf (1966) o esa maravilla psicológica Eqqus (1977).

DiCaprio es el ícono de una generación que le ha visto tomar papeles oscuros que encarnan personajes torturados, periféricos, underground. El cara bonita de Titanic, el mimbo de esa marranada de James Cameron, le golpeó fuerte y huye de esos trabajos como los amigos huyen del que cayó preso por contrabando.

Decidió desde entonces tomar papeles serios luego de la aventura de Cameron y la fama instantánea justinbieberesca . Pero hagamos un pronto repaso de la filmografía del bonito: inicia como chico retrasado en ¿Quién ama a Gilbert Grape? (1993). En una escena para la historia cuando muere la madre del protagonista. Chillo como marrano en mercado de sólo acordarme.

Luego encarna al joven bardo Arhur Rimbaud en Eclipse total (1995), donde trae de vuelta a la vida al enfant terrible del simbolismo lírico. Mis respetos, muy bien logrado. Un año después, el deliro de Baz Luhrmann de llevar a la contemporaneidad la historia de Shakespeare de Romeo y Julieta, esa donde bañaban en oro las pistolas y les daban nombre, antes que lo hicieran los narcos, tan poco trendy ellos. Fue en 1996.

Luego vino Titanic (1997) e inmediatamente después El Hombre de la Máscara de Hierro (1998). Sin comentarios. Se hizo entonces un teen crush, un blanco de las adolescentes que miraban en él un ídolo dorado y Leonardo, pues muy agradecido y todo, decidió irse por otro camino porque una cosa es tener un museo de ropa interior adolescente olorosa aun a leche, que ganarse el respeto como un actor serio. Eligió la B.

Toma el proyecto Celebrity (1998) de Woody Allen una comedia negra en blanco y negro, donde básicamente se interpreta a él mismo. Luego nos viene La Playa (2000), Atrápame si Puedes y Pandillas de Nueva York (2002), El Aviador (2004), The Departed (2006), Inception (2008), Shutter Island (2010), The Great Gatsby (2012) y El Lobo de Wall Street (2013).

Obvié filmes de papeles intrascendentes. Este listado que presento nos retrata a un actor que ha tenido la posibilidad de ser muchos y torturados personajes, a cada uno le ha presentado una arista, un carácter propio. Pero hay un hilo conductor y es donde falla: parece su larga trayectoria, parte de una misma película en diferentes tiempos.

A ver. Es como si Juan Carlos Onetti lo tuviese encerrado en el terrible mundo de Santa María y se codeara con Braussen y Larsen en cada nuevo capítulo y/o novela (o largometraje, en el caso de Leo) que sacara (esta es una referencia para los fanáticos de hueso rojo de Onetti, lo siento para el resto). 

Es un talentoso DiCaprio, no lo dudo, pero si sigue de esa forma se convertirá en otro Nicolas Cage: un tipo que presenta versiones de sí mismo en cada filme que hace. A excepción, claro, de Wild at Heart (1990), Leaving Las Vegas (1995 – Oscar al mejor actor) y Adaptation (2005).

Pero volviendo a DiCaprio, es de esos raros ejemplos donde miras el talento innegable pero que se reproduce en los gestos muy propios de otros personajes, o calcados casi, de grandes interpretaciones.

Por ejemplo en el Lobo de Wall Street, ¿se acuerdan en esa escena neandertalesca donde decide no renunciar y lleva a toda su empresa a la danza tribal de somatarse el pecho y saca los dientes de la mandíbula y los ojos extasiados? Bueno, ¿no les recuerda acaso a un grandioso Jack Nicholson diciendo “Here´s Johnny!” en El Resplandor, o a un Nicholson  - nuevamente -  corriendo satanizado con los dientes de fuera en Las Brujas de Eastwick? Bueno Leo, gotcha motherfucker.

Pero está bien que haga su tarea, caminamos en hombros de gigantes. Pero a ver fanáticos de 9gag y de la internet en general, ese país desmemoriado y acumulador de bites más que de sabiduría, hay alguien que le supera y sigue viva y cada vez más talentosa: Glenn Close. La doña acumula seis nominaciones.

Dicen las malas lenguas que al acumular las diez nominaciones sin ganar inmediatamente le quitan uno a Katharine Hepburn, otro a Jack Nicholson y el único que tiene Martin Scorsese, para fundirlos y hacer una corona para que la porte el que llegue a la decena de nominaciones sin ganar. Y de paso le dan el premio Nobel de la paz porque un cabrón que logre aguantar todo eso sin matar a nadie de la Academia, es un santo.

Leo es un chico que trata demasiado y es muy bueno. Mientras tanto Matthew McConaughey, un actor de filmes intrascendentes, un monigote de chick flicks, un rubio sureño con talento para estar cuadrado, hincha los huevos y se dispara uno de los mejores papeles que he visto en Dallas Buyers Club. La justicia se hizo bien y Leo lo sabe.

Ya sabemos que el otro año, - como leí en el Twitter y agregados míos - DiCaprio hará el papel de una mujer negra con Sida, en un campo de concentración que sale campeona del mundo con un equipo de liga menores, en una silla de ruedas, antes de subir en una nave espacial que se pierde en el espacio, libera a una especie esclava, renuncia al trono por regresar a cantar blues a la tierra… y no gana el Oscar. Bad Luck Leo.