Vivo en la ciudad más fea del mundo - según la clasificación del Ucityguides.com - y dado que somos el único planeta con vida confirmada, la ciudad más fea del universo conocido. Honroso. Los hígados del chapinismo se exacerbaron y se derramaron toneladas de bilis patriótica. Seguro el alcalde Arzú se puso furioso al ver sus esfuerzos de maquillaje, tirados por la borda.
Lástima que su finquita no clasificó mejor, digo peor, en el listado y su empeño de convertir en parque temático invernal la Plaza de la Constitución, no hizo más que agregarle una mancha más al tigre. Ese tigre decrépito, famélico y con sarna en que vivimos los acá nacidos. Entienda, si la ciudad es ese animal, nosotros no somos más que sus pulgas y garrapatas y nos alimentamos de esa sangre infectada. Que precisamente nosotros contaminamos.
Manejo de noche el último viernes del año y
miro la ciudad desde la zona 1, pienso en las razones estéticas y
urbanísticas de mi lugar de residencia: tenemos el humor de una cafetería china
típica del Centro Histórico. Es decir, somos una especie de globalización del
mal gusto, con rockola, frijoles volteados, arroz frito con carnes variadas, una
pecera de agua sucia con dos o tres peces que se ahogan en su propia mierda, pollo
frito grasoso y un indígena ladinizado atendiendo a ladinos que lloran
escuchando al Rey Quiché de Daniel Hurtado. Es real, vaya a dar una vuelta por
ese lugar y me dará la razón.
Me detengo en una cantina que ostenta calendarios
de paisajes bucólicos y un póster de los galácticos del Real Madrid. Justo a la
par, Pep Guardiola ostenta sus seis trofeos ganados en un año junto a la
plantilla del Barça. Rojos pentacampeón y Gardel posa a la par de los Tigres
del Norte. La gente que consume licor, poco se entera de la fealdad otorgada
por la publicación digital que dice especializarse en turismo global. Ser feo
no importa, importa la existencia y el trago.
Devoran panes con frijoles mientras roen sin ánimo unos Sabritones, se empinan un Kuto o sorben la botella de cerveza Gallo sin más esperanza que el efecto soporífero y excitante del alcohol. Yo tomo junto a ellos, intentando pensar en nuestra condición horrible, espantosa, los más feos del planeta. Tal acusación barre con las intenciones de tantos arquitectos de aportar algo para la estética de una urbe donde orgullosos asistimos a consultas a la Muela Feliz. Mi amigo Homero algo me contaba de eso, de nuestro amor por el kitsch, de la cultura de lo cutre.
Devoran panes con frijoles mientras roen sin ánimo unos Sabritones, se empinan un Kuto o sorben la botella de cerveza Gallo sin más esperanza que el efecto soporífero y excitante del alcohol. Yo tomo junto a ellos, intentando pensar en nuestra condición horrible, espantosa, los más feos del planeta. Tal acusación barre con las intenciones de tantos arquitectos de aportar algo para la estética de una urbe donde orgullosos asistimos a consultas a la Muela Feliz. Mi amigo Homero algo me contaba de eso, de nuestro amor por el kitsch, de la cultura de lo cutre.
Más tarde y dejando ese purgatorio de almas en
la cantina, me dirijo a un bar de moda en la misma zona. Mi amigo DJ Flako
pincha dubstep y almas jóvenes y confundidas se agitan. Yo ya no bailo porque
me enferma bailar. Estoy sentado en la barra del Soma (sí, como la droga de
Huxley, como el alucinógeno hindú, como la tumba de Alejandro Magno), tomo
whisky junto a mi amigo Wicho y Erick. Todos toman cerveza barata y nosotros un
12 años. Detalle que nos comenta un solitario en la barra, suficiente para
que la gente empiece a pensar que somos narcos. Reímos a carcajadas y vemos la
posibilidad de vivir como tales. Es imposible. Odio las cadenas de oro y las
pistolas chapadas en metales preciosos (a mí me gustan sobrias, color mate), esa cultura de la violencia contribuye sin duda a afear un
país, una sociedad y seguramente por eso, México DF también aparece en el
controvertido listado.
Acá adentro la subcultura dubstep hace reverencias al Flako y una chica empieza a tener problemas con su acompañante que está borracho. Parece que solito él se ha tomado una docena de chelas y la mujer le saca del bar. Morboso que soy, salgo con mis amigos a fumar y vemos como, al otro lado de la calle, el tipo pelón empieza a propinarle una paliza a su chica que viste complemente de blanco. En el Reino Unido se le llama a la cerveza lager The wife hitter (la golpeadora de esposas), por los índices de violencia doméstica relacionados con el consumo de la cerveza rubia.
Al punto, que la marca belga Stella Artois, tuvo que cambiar su eslogan publicitario para dichas latitudes para no verse relacionada como promotora de las palizas hacia las “Estelas” del Reino Unido, su frase de mercadeo es “Tranquilizadoramente cara” hizo pensar a los publicistas que el gremio de los empinadores de codo podría entender que tomando esa lager se podría tranquilizar a una mujer llamada Estela, a golpes. Seguramente el mismo análisis que se hizo en Guatemala con la Bravha.
Acá adentro la subcultura dubstep hace reverencias al Flako y una chica empieza a tener problemas con su acompañante que está borracho. Parece que solito él se ha tomado una docena de chelas y la mujer le saca del bar. Morboso que soy, salgo con mis amigos a fumar y vemos como, al otro lado de la calle, el tipo pelón empieza a propinarle una paliza a su chica que viste complemente de blanco. En el Reino Unido se le llama a la cerveza lager The wife hitter (la golpeadora de esposas), por los índices de violencia doméstica relacionados con el consumo de la cerveza rubia.
Al punto, que la marca belga Stella Artois, tuvo que cambiar su eslogan publicitario para dichas latitudes para no verse relacionada como promotora de las palizas hacia las “Estelas” del Reino Unido, su frase de mercadeo es “Tranquilizadoramente cara” hizo pensar a los publicistas que el gremio de los empinadores de codo podría entender que tomando esa lager se podría tranquilizar a una mujer llamada Estela, a golpes. Seguramente el mismo análisis que se hizo en Guatemala con la Bravha.
Pues el tipo agarra a golpes a su novia y unos
patinadores nocturnos que están en su ronda, van del mismo lado de la banqueta
y para poder pasar tienen que esquivar el pleito. Se bajan de sus patinetas e
intentan hacerse de la vista gorda sobre el asunto, pero de repente uno de ellos mira cómo le parten la madre a
la chica de blanco, como la están “tranquilizando” y le inquiere algo al agresor. Lo hala,
lo aleja y ¡ZAZ! el pelón le intenta asestar un puñetazo.
Atrás los otros chicos que tienen las patinetas en la mano, las usan como armas y uno le mete con el canto del vehículo de madera un golpazo en la pierna que le hace hincarse y el otro le zampa un planazo en la cabeza que le baja los flipones por un segundo, el suficiente para venirse para atrás y terminar de abrirse la cabeza con el dintel de una puerta. Los chicos se suben a sus patinetas, se acomodan las mochilas y el sonido de los cojinetes de las patinetas se va aruñando las paredes del Centro Histórico de la ciudad más fea del universo.
La chica que llora de la paliza, de la borrachera y de la impresión, se sienta a la par de su victimario a acariciarle y tratar de volverlo a la conciencia pero el pelón cabalga unicornios rojos en ese momento. No levantan polvo, levantan sangre que le salpica a la mujer en la blanca blusa y sus tights blancos. Están completamente cubierta de sangre la pareja y la gente llama sin cesar a los bomberos, los marihuaneros de este lado de la calle empiezan a irse a ver la inminente llegada de la policía y una tienda cierra la cortina de hierro para evitar preguntas que no va a saber responder. Llegan los bomberos y atienden. Llega la policía y miran atónitos. Alguien graba en video. Narcos jeje, la gente pensó que éramos narcos y nos volvemos a reír con mis amigos.
Atrás los otros chicos que tienen las patinetas en la mano, las usan como armas y uno le mete con el canto del vehículo de madera un golpazo en la pierna que le hace hincarse y el otro le zampa un planazo en la cabeza que le baja los flipones por un segundo, el suficiente para venirse para atrás y terminar de abrirse la cabeza con el dintel de una puerta. Los chicos se suben a sus patinetas, se acomodan las mochilas y el sonido de los cojinetes de las patinetas se va aruñando las paredes del Centro Histórico de la ciudad más fea del universo.
La chica que llora de la paliza, de la borrachera y de la impresión, se sienta a la par de su victimario a acariciarle y tratar de volverlo a la conciencia pero el pelón cabalga unicornios rojos en ese momento. No levantan polvo, levantan sangre que le salpica a la mujer en la blanca blusa y sus tights blancos. Están completamente cubierta de sangre la pareja y la gente llama sin cesar a los bomberos, los marihuaneros de este lado de la calle empiezan a irse a ver la inminente llegada de la policía y una tienda cierra la cortina de hierro para evitar preguntas que no va a saber responder. Llegan los bomberos y atienden. Llega la policía y miran atónitos. Alguien graba en video. Narcos jeje, la gente pensó que éramos narcos y nos volvemos a reír con mis amigos.
Ciudad Cayalá, ese complejo habitacional, de
comercio y oficinas exclusivas, se yergue como un proyecto turista que no
termina de encajar en el barrio. Y por barrio me refiero la ciudad. Es ese
rubio que destaca entre las cabezas negras en el mercado de Chichicastenango un
jueves. Esa construcción asemeja la postura de la ladina que quiere parecer
gringa, es ese rancio abolengo estirado de una vieja inmigración española
perdida en el tiempo y el mal gusto globalizado. No se diferencia en nadita de
la cafetería china que un día antes visité en zona 1. En este lado Santa Claus
se toma fotos a la par de un chico vestido de Momostenango que vende ponche de
frutas deshidratadas de forma artesanal. Todo un Farmer Market baby.
Caminando por sus calles empedradas que me hacen sentir por un momento en el sur de España, o la campiña de Córcega, o una playa Griega, me echan el carro encima de la misma forma que en la zona 1. No le veo diferencia, allá me miran recelosos los policías y acá los guardaespaldas. Allá hablan en voz alta y chillona los travestis, acá chicas altas y chillonas que parecen travestis, sólo les diferencia el precio. Pero las mañas son las mismas.
A lo mejor los visitantes de ese centro comercial no se enteran que la fealdad que nos coronó Ucityguides se refiere a ellos también y no únicamente a la ciudad que yace a sus pies. Ellos también son parte de esa condena de la estética y del urbanismo, que de nada vale caminar libremente en un Centro Comercial cuando no se puede hacerlo en las calles, donde el peatón es sujeto de agresión, asalto, muerte, estadísticas.
Los pilotos de automóviles son kamikazes y las motocicletas vampiros que sangran a todos. Esconderse en Centros Comerciales, en condominios super seguros, en colonias cerradas con gente armada en torres de seguridad, no es la solución. En 1,347 en Mesina, Italia la gente se empezó a contagiar de una enfermedad pulmonar que llegó a ser conocida como la Peste Negra, gracias a las rutas mercantes con Asia que la trajo con las ratas. Se contagió Europa entera y casi mata un continente.
Los gobiernos locales, los consejos populares en su eterna ignorancia decidieron cerrarse al mundo para evitar contaminarse de la peste bubónica. Tarde o temprano todos esos feudos sucumbieron y fueron mermados por pensar que amurallarse o vivir dentro de una fortaleza, todo iba a estar bien. Las ratas no entienden de muros. Edgar Allan Poe hace un resumen en su magnífico relato La máscara de la Muerte Roja (pueden conocerlo acá). Luego de leerlo, se darán cuenta que estamos en la misma situación, paisanos.
Caminando por sus calles empedradas que me hacen sentir por un momento en el sur de España, o la campiña de Córcega, o una playa Griega, me echan el carro encima de la misma forma que en la zona 1. No le veo diferencia, allá me miran recelosos los policías y acá los guardaespaldas. Allá hablan en voz alta y chillona los travestis, acá chicas altas y chillonas que parecen travestis, sólo les diferencia el precio. Pero las mañas son las mismas.
A lo mejor los visitantes de ese centro comercial no se enteran que la fealdad que nos coronó Ucityguides se refiere a ellos también y no únicamente a la ciudad que yace a sus pies. Ellos también son parte de esa condena de la estética y del urbanismo, que de nada vale caminar libremente en un Centro Comercial cuando no se puede hacerlo en las calles, donde el peatón es sujeto de agresión, asalto, muerte, estadísticas.
Los pilotos de automóviles son kamikazes y las motocicletas vampiros que sangran a todos. Esconderse en Centros Comerciales, en condominios super seguros, en colonias cerradas con gente armada en torres de seguridad, no es la solución. En 1,347 en Mesina, Italia la gente se empezó a contagiar de una enfermedad pulmonar que llegó a ser conocida como la Peste Negra, gracias a las rutas mercantes con Asia que la trajo con las ratas. Se contagió Europa entera y casi mata un continente.
Los gobiernos locales, los consejos populares en su eterna ignorancia decidieron cerrarse al mundo para evitar contaminarse de la peste bubónica. Tarde o temprano todos esos feudos sucumbieron y fueron mermados por pensar que amurallarse o vivir dentro de una fortaleza, todo iba a estar bien. Las ratas no entienden de muros. Edgar Allan Poe hace un resumen en su magnífico relato La máscara de la Muerte Roja (pueden conocerlo acá). Luego de leerlo, se darán cuenta que estamos en la misma situación, paisanos.
Personalmente no me molesta nada que me digan
feo, que me clasifiquen como habitante de una ciudad fea. No soy un patriota
pendejo, conozco mi lugar y que una publicación me tache de esto u otro, me la
pela. No creo sinceramente que mi país, mi ciudad, o mi himno, sea el más
bonito del planeta, del universo, de la eternidad. Que tengamos las mujeres más
chulas, los hombres más guapos, los más trabajadores, los cabrones, no. Tampoco somos le peor, téngalo claro: somos
como cualquier otra pinche sociedad, no se aflija.
Y cuando el fuego de la condena caiga, será parejo porque inevitablemente, todos hemos pecado en algo, pero al mismo tiempo hemos sido buenos de una manera u otra. He viajado por muchos lados del mundo y me han confundido con marroquí, mexicano, cubano, hondureño, nica, venezolano. Me han dicho sudaca, indio, brown, spic, wetback, beener, modafoca y honey. ¿Me ha cambiado eso? No lo creo, a mi cambia lo que aprendo leyendo. Feliz año feo 2014.
Y cuando el fuego de la condena caiga, será parejo porque inevitablemente, todos hemos pecado en algo, pero al mismo tiempo hemos sido buenos de una manera u otra. He viajado por muchos lados del mundo y me han confundido con marroquí, mexicano, cubano, hondureño, nica, venezolano. Me han dicho sudaca, indio, brown, spic, wetback, beener, modafoca y honey. ¿Me ha cambiado eso? No lo creo, a mi cambia lo que aprendo leyendo. Feliz año feo 2014.
35 comentarios:
Excelente descripción de una realidad que si bien indigna, es lo que hay.
Me encantó muchísimo la descripción de la "Ciudad Cayalá" y ese bonito mundo en que todo es seguro y hasta los saludos se pagan...
Muy buen artículo. Felicitaciones!
Uno de los mejores sino es que el mejor artículo que he leído sobre la declaración de Guatemala-city como la más fea del mundo.
El texto no tiene adornos, me gusta lo de la primera persona escribiendo sobre la ciudad y sin destilar todo el odio y los aplausos por el descontento de Arzú, o de los otros que se ponen a llorar porque le dijeron fea a su mamá.
En serio, me llega haber empezado el año leyendo algo con tanta calidad.
-calidá tu texto vos-
Muy buen relato... aunque al final, hay muchísimas otras zonas en la ciudad dignas de mención en esa selva que nos prestaste por un momento. Saludos
Me cayó pesado que no hayas hecho nada vos por la mujer, más que salir a ver qué pasaba, pero luego me acuerdo que así es acá la mierda siempre y es parte del ser feo me imagino.
Por otro lado me encantó lo Cayalá, de nada sirve tampoco eso de "que lindo es mi país" con sus daily fotos de parajes, tratan de taparle el ojo al macho con cositas y tratan de vender la idea de que en efecto no estamos pero en ni mierda...
En fin, muy buena tu publicación, felicidades.
Mejor narrado imposible. Excelente!!!
EDU: gracias por tu visita y efectivamente poderoso caballero es don dinero. Saludos.
CARMEN: gracias por tu visita, saludos para ti también.
FILIS: me ruborizan tus elogios amiga, un abrazo para ti y feliz año. Ojalá sigas leyendo textos que te emocionen :)
FEDERICO: uuuuy sí, hay muchas zonas que hicieron falta, tomé esas nada más como ejemplo y contraste de la misma pero diferente fealdad.
ANÓNIMO: todo pasó muy rápido. La fealdad es la indolencia y me ejemplifiqué en ello, lo entendiste bien. Gracias por la visita y comentario.
SILVIA: bienvenida y gracias por el comentario. Un abrazo!
Me gusto mucho su descripción de nuestra sociedad y por lo cual nos catalogan de feos jejejejeje.
Wow, definitivamente un blog que voy a seguir. Excelente.
Excelente publicación. Y que no se te olvide que México tiene a las mujeres más feas y bigotonas, calificación de Tiziano Ferro.
POETIK_O: gracias por la visita y tu comentario.
JOSE EDUARDO: pues bienvenido seas amigo.
JORGE: no lo dudo amigo, de estigmas y prejuicios está adornado el camino al infierno. Un abrazo y gracias por la visita!
Creo, Juan Pablo, que tu texto contiene críticas muy válidas. Pero también replica un motivo que no es raro encontrar en los escritores guatemaltecos hoy: el ciudadano indiferente y elevado (moralmente superior?) que recorre una ciudad bañada en sangre y vómito. ¿Hay algún placer sádico en volver sobre el tema? O será que la omnipresente violencia impone a la literatura guatemalteca temas y lenguajes (cínicos, resignados) para expresarlos?
Gracias Diego por tu comentario. Estoy de acuerdo en tu planteamiento de que como escritores hay una tendencia generacional al cinismo y la displicencia. Es un reflejo que se lleva al papel de una actitud común en la sociedad. No hay placer en eso, hay dolor. La resignación no tiene en absoluto que ver en esto. Creo - y lo digo a título personal - que una forma de atacar esa negación de la realidad, es tomar el papel de cínico: ser un espejo de lo negado. No hay nada malo en eso partiendo que el escritor no es un ser que tenga que exaltar los valores morales y cambios en las formas de pensar en alguien en particular o de una sociedad. Para eso ya está Paulo Coelho y lo hace muy bien. Yo no comulgo con ello, no bajo mi visión particular de hacer literatura. Yo soy un mero observador y cuento lo que veo, eso sí, trato de darle un sentido estético. Saludos y gracias la visita!
Me encantó tu descripción de la cafetería china del centro. Yo nací y viví en la zona 1 durante mucho tiempo y considero que sus calles aún conservan cierto encanto...
Pero mi comentario va sobre la percepción de "lo bello". Porque ese ranking no es más que eso, un estudio barato de la percepción de la belleza o de la estética. Solo imaginemos, ¿Quiénes habrán respondido esa encuesta? (No he visitado el sitio y no lo haré, pues no me interesan los rankings). Pero, ¿Es que realmente podemos hacer un ranking de belleza arquitectónica o urbanística al estilo Miss Universo? ¿De acuerdo a los estándares de belleza de quiénes? ¿De quienes piensan que Kim Kardashian es guapa? ¿De quienes encuentran las esculturas de Botero horrendas? ¿De quienes aborrecen los autorretratos de Frida Kahlo y las edificaciones de Gaudí?
Ese mal gusto globalizado al cual tú te refieres incluye nuestro delirio por los rankings y la aprobación ajena.
Precisamente por eso termino mi texto de esa forma: la belleza es subjetiva. Y bajo los estándares de quien lo dicte como tal. De lo contrario, los feos no tendríamos oportunidad frente a los guapos. Pero hay personas que sí les afecta eso, tanto como el chapinismo militante, como el europeizado ladino que se cree exento de lo que nos hace guatemaltecos. Gracias por tu comentario Paula y un abrazo.
Excelente enfoque, me gustó el texto, felicitaciones.
Saludos Estuardo, gracias por la visita y tu comentario.
Muy clara descripción... y aunque no lo mencionaste, justo pega con el eslogan de la muni... donde TU ERES LA CIUDAD... jajaja... gracias JP por tu cinismo y crítica, creo que hace mucha falta en estos tiempos que nos toca vivir... saludos...
No tenia el gusto, desde ahora me declaro seguidor. Exitos en este 2014 y por favor siguenos deleitandonos con esos relatos.
Una ciudad fea de la cual estoy enamorada. Interesante publicación.
Mi estimado Mahoma, increíble a lo que has y hemos llegado. Coincido, ni fea ni espectacular, dependerá del ánimo.
Kim Kardashian no es solo guapa... es una mamacita :)
DANIEL: un gustazo mi amigo, efectivamente ese eslogan no sé si le hizo más daño a la ciudad que ayuda. El alcalde genera pasiones encontradas. Feliz año.
LEO: pues bienvenido seas y este es tu espacio, gracias por el comentario.
IVETTE: ya somos dos compartiendo el amor por este bodrio. Será acaso, un síndrome de Estocolmo, saludos.
MARCELO: un gustazo saludarte y muchas gracias por la visita. Un abrazo.
ANONIMO: Selena Style, sin duda, jaja!
Payeras ya lo había dicho en Ruido de Fondo "Guatemala es la ciudad más fea del mundo". Jajaja, metáfora premonitoria.
Mariano Cantoral.
Pd. Saludos broder.
Cierto Mariano, había olvidado esa referencia, un afectuoso saludo mano.
Ufff!! Jp sin duda valió la pena leer este artículo que inicialmente me parecía perdida de tiempo pero al leerle entendí claramente cual era su mensaje.... La ciudad es reflejo de quienes la habitamos.
Ahora seré un seguidor mas de su blog.
Muchas gracias Byron y bienvenido. Seguimos en contacto.
por la defensa del derecho de libre expresión, evocó a Voltaire "no comparto lo que dices, pero defendería con mi vida tu derecho a expresarlo", pienso que es un texto muy bien hilvanado, obviamente como toda opinión desde el punto de vista del autor, que algunos les guste y a otros no, pues eso pienso que depende del estado de ánimo, la inteligencia emocional de cada cual, la apertura hacia cosas diametralmente opuestas a nuestro criterio, pienso, sin quererme birlar versos de un poeta, es un retrato al portador, con pinceladas de lo que hace grotesca la ciudad de guatemala, en la cual viví algunos años de mi vida, sin ser originario de allí, algunas veces me pareció La Vorágine, ahora la recuerdo como un lugar caótico y al cual evito, como se evitan a los parientes que se nos hacen poco simpáticos, pero pienso que no es la más fea del mundo, ni si quiera con toda la calaña de políticos y personajes de oscuras pretensiones, quienens quisieran adueñarsela como que fuese el patio de su casa, para que no sea particular y vestir de tulipán a todos, al estilo del ahora alcalde, un autócrata, de los muchos que pululan en nuestra cansada y agobiante, pútrida y desidiosa sociedad... No te rindas, ni te canses de las Críticas, sigue adelante, a los lados, abajo y arriba, pero sigue a donde te lleven los ríos de tinta de tu pluma maravillosa, tan tuya...
Gracias estimado Pablo, un gran saludo y muchas gracias por tomarte el tiempo de escribir.
Feo el Wachu que me pusiste!! ajajajajajaj Excelente post. Ninguna otra alabanza te haré que no te hayan hecho.
Jajaja, saludos Wicha! Un abrazo.
Que relato mas feo. Y no hablo de la forma, sino del contenido. Yo por eso ya no vivo en guate, pues.
Deprimente su saludo de año nuevo, usté.
Saludos Sabana hasta donde te encuentres y gracias por la visita.
Comencé mi 2015 como terminé mi 2014: Terminando de leer tu post de año nuevo 2013.
Hoy me siento en mi computadora en este nuevo trabajo al que recién fui promovido y abro todas las pestañas que me van a ayudar a comenzar el día; volteo a ver el aeropuerto desde el décimo nivel del edificio en zona 13 en el que estoy, contrastando con las montañas de fondo que me llevan a San Lucas. El volcán de agua a mi izquierda con una bufanda de nubes y el volcán de fuego en frente está más activo que historial web porno de diputado A MEDIO CONGRESO.
No tengo nada que hacer en cuando a labores se refiere pero sí en cuanto a una ligerísima meditación y análisis. Observo y recuerdo que siempre que pasamos con mi esposa en la carretera frente al mirador de san Lucas en la noche (futuro centro turístico según datos del Alcalde Otto Perez Leal) volteamos a ver a nuestra iluminada tierra para soltar un “que linda se mira la ciudad verdá?” y no pensamos en artículos que nos hacen más feos de lo que ya somos quizás porque lamentablemente solo así podemos ver a nuestra ciudad de Guate: de noche y en la montaña lejos del despepite diario. Solo un cumulo infinito de luces rodeadas por montañas y sereno, las rectas de La Roosevelt y el Aeropuerto. Desde la montaña no veo ladrones, no veo suburbans pasarme al lado con sirenas encendidas y placas polarizadas. No vemos a 2 policias sentados en una moto uno viendo para atrás y el otro para adelante. No vemos a 2 personas en una moto sin casco y sin chaleco. No vemos la similitud entre las ultimas 4 personas descritas. Solo vemos luces, luces, luces, luces y más luces que quisiera significaran algo o sean el “símbolo del corazón de los guatemaltecos que brilla aun en la oscuridad de la violencia que nos rodea” pero esas luces me hacen pensar en lo que muchos han comentado. La belleza es subjetiva y aunque encontremos 45 lugares malos y peligrosos en 16 km a la redonda o nos tiemblen las canillas al accidentalmente no cruzar a la derecha para ir al periférico saliendo de la zona uno y entrando al Gallito, siempre va a haber un motivo, un momento, una persona, unos ojos, una colonia, un hijo, un almuerzo o una terraza que nos van a recordar que no tenemos una ciudad fea, solo una ciudad con una belleza extremadamente rara.
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