miércoles, 29 de octubre de 2008

FIAMBRE DE NOTICIAS

Intro
Ok, ya se viene el nuevo fin de año. Este perro viento del norte se pronostica como el futuro de la política mundial, frío. Todo gracias a las elecciones en Estados Unidos donde entre quiromancias y otros enseres ganará Obama si no es que McCain le da caravuelta a última hora cuando el electorado se enfrente a sí mismo en las cabinas de votación.

Disculpa
Odio no contestar los comentarios que me dejan. Me gusta tomarme el tiempo para entablar esa comunicación en doble vía con los que se toman el tiempo de escribir algo en este espacio. Aun así sean los tan famosos anónimos que tanto me quieren o mis amigos de siempre que tanto me leen. Lastimosamente ahora no me queda tiempo ni cabeza para hacerlo, es una lástima porque se forma una dinámica chingona. Lo haré cada vez que pueda, lo prometo.

La sexta crónica
Ya no la terminé, perdí el borrador en algún USB que no encuentro, y me da hueva volver sobre los pasos para intentar reescribirla. Así que dejémoslo en que regresé sano y salvo con ganas de escribir ese viaje y ya. Reflexionaba sobre el papel del escritor frente al arte y una sarta de mamadas por el estilo. Es la búsqueda de la iluminación por medio del borderline, cosa que se logra a veces. Alcools de Apollinaire. La poesía siempre explica mejor las cosas.

Gasolina
Es la película de Julio Hernández. Una producción seria de humor ácido como el guatemalteco y final duro como pan de Pollo Campero en menos de media hora. “Es una patada en los huevos”, me dijo Luis Aceituno luego de verla. “Tenés razón”, dije mientras me sobaba la entrepierna y trataba de recuperar el aire. Se estrena este viernes 31 en las salas de cine de Cinépolis, vayan a verla porque es un espejo nuestro. Sólo puedo compararla con literatura.

U2
Para quitarme el olor a Gasolina, el viernes pasado fui a ver el concierto de esta banda irlandesa en 3D. Desde que era niño no me recuerdo de haberme encantado tanto con las imágenes y con la música. En pocas palabras: no me imaginé llegar a subirme a un escenario para ver a Bono cantarme Where the streets have no name en la cara. Ni brincar en primera fila, ni ver llorar a la gente en un concierto (tanto que prometí que si cantaban Stay, Faraway so close, berrearía cual novia en casamiento). Se los recomiendo mucho, vayan antes que la saquen de cartelera, está en Pradera Concepción en el Imax. Me lo agradecerán.

Abel (Lean la noticia haciendo click en el nombre)
Es el nombre del diseñador de elPeriódico que mataron la semana pasada. Era mi amigo y estudiamos juntos la universidad a principio de año. Es acaso la muerte más bizarra que me he enterado, lo mataron de un flechazo en el corazón. Al parecer iba manejando su auto cuando un hijo de puta se le ocurrió dispararle con una ballesta y justo en el pecho. No me lo creí y sigo sorprendido. Abel Girón, que en paz descanse. Una víctima más de la violencia, nuestra madre.

Trabajo
Como burro ahora. Viajo bastante y conozco de cerca a la fuerza motriz de la industria guatemalteca: el obrero. Una vida dura y sueños cortos. Luego de leerme hace algunos años el Top 10 del Materialismo histórico-dialéctico es difícil quedarse de brazos cruzados a la situación que vive la mayoría de compatriotas. Eso sí, el socialismo no es la solución. Al menos no en Guatemala donde es sinónimo de robo y distribución de riqueza entre los que gobiernan de turno. Miren a Nicaragua. Es la solución romántica de los trabajan detrás de un escritorio o se leyeron de planta los libros de Rius. Educación y fuentes de trabajo. Esta generación de obreros está perdida. Pero sus hijos no y ellos lo saben. Y trabajan por ello.

Tropientrevista
Ya viene otra cuando me lave la grasa de las manos y deje de pensar en motorreductores, tornos y termine de instalar el sistema de lavado de moldes de pasta INA. Já! Hasta recuperando vocabulario perdido estoy.

Uno
De noviembre. Día de los muertos. Día de Fiambre, el platillo tradicional guatemalteco por excelencia. Compuesto de carnes frías, vegetales curtidos, quesos, toda suerte de embutidos y cualquier cosa comestible para el ser humano. Gastronomía infernal a mi paladar. No me gusta, mátenme, lo sé. Ese día en la reunión familiar -para recordar a nuestros muertos-, como pizza con los niños y tomo vodka con los grandes.

Exportaciones
Me alegra que Alinho Dus Gomas, también conocido como Balam Mills y en sectores de Mixco como Alan Mills, fue un éxito poético en el festival Poquita Fe de Santiago de Chile. Para qué explicarlo, mejor léanlo en su blog. Saludos amigo, te extrañamos por estos bares.

Poesía
Es lo mejor para combatir. Yo la hago a diario, es como ponerse calzoncillo. Algo se escribe siempre. Un placer recuperado, escribir a mano en planos industriales, sobre una tabla. Ven a mí, no me dejes de cuidar nunca, mi señora. Allí está la esperanza que empiezo a recuperar luego de semanas turbulentas. El aire frío se está llevando los malos pensamientos y me trae unos ojos claros y limpios. Para verme mejor.

domingo, 26 de octubre de 2008

TODAS TUS COSAS


has sido lo más cercano que he tenido al olvido
el de las pequeñas cosas el importante
no esa patria donde todo mundo se promete el exilio
una pizca de sal a los huevos
o tus llaves dentro de la casa
tus ojos se convertían entonces en calles cerradas
un arete por allá y otro escondiéndose siempre de ti
la chequera o el suéter aquel perdido en el gimnasio
escuchabas música y cantabas
como una gata que le maulla a las paredes
esperando una respuesta de los objetos
que nunca va a venir te digo
yo estoy inundado te lo confieso
de tus cosas perdidas
voy ciego en el mundo mirando nada más
el inventario que decidías perder
y ahora encuentro todo absolutamente todo
menuda ayuda ahora que estamos lejos lo sé
y aquí estamos tu otro arete y el recibo de la luz
la caja del cd de the doors
el peine para desenredar tus largos rizos
el sacacorchos
la tarjeta de crédito vencida como yo
la calceta a rayas rosa los lentes oscuros
el disco de chambao que me hiciste escuchar hasta quedarme dormido
ya no miro nada si no este cuarto donde tus cinco celulares suenan
cada vez que pienso en ti
y yo me río de encontrarlo todo ahora
con esa risa del pequeño que no puede hacer nada frente a los grandes
y tu recurso que era apuntarlo para perderlo después
apuntarlo en las paredes
las canciones que te gustaban aquellos años
los nombres de las personas que te llamaban por trabajo
tus nuevos números y palabras esas notas
las escribiste para ser eternamente cotidianas
y las encuentro aquí y son mi lectura
te voy conociendo cada vez más viendo las huellas de tu paso por mi mundo
y me obsesiono por lo muerto y por buscarte en este naufragio
soy la única vela en el cuarto que ilumina te digo
pero tus cosas son hermosas y no quiero dejar de verlas nunca
a pesar que me apago inexorablemente
y mira aquí está la notita del chofer que tanto buscaste
la coloco en la esquina para que no se vuelva a perder nunca
es que si vieras este magnífico orden que tengo no lo creerías
y es que si vieras muchas cosas tampoco
conmigo está vagabond shoes de nancy sinatra
y el cachorro de felpa que me mira como siempre mira
lo que te dije y nunca recordaste
por las noches me coloco una camisa de fuerza y me reviento contra las paredes
grito
y nada se mueve tus cosas son tungsteno y no se rompen
ni mi amor ni mi odio ni esta pobreza de olvido que tengo
mi encierro no tiene paredes porque está en todo
cómo te envidio te diría
pero sabemos que es inútil
como cada vez que suena
uno de tus teléfonos perdidos

miércoles, 22 de octubre de 2008

TRICKET DE AVIÓN: Crónica 5 de un fin de semana como semi jurado y personaje de la Grecia Antigua

Ya casi va terminando esto que tanto problema me ha dado. Y como siempre me excuso por el montón de trabajo que tengo, esta vez no será la excepción. Este quinto capítulo trata sobre un tipo grandote al cual no me tocó otra que ponerle una infinidad de apodos por inocente. En palabras de Depeche Mode, enjoy.

Me encanta cuando la gente se admira de todo. Cuando se descubren nuevos asideros para entender el mundo o simplemente para tener motivos de conversación. Así le pasó al personaje de esa noche.

Era un concursante del susodicho festival, había viajado de Escuintla a la capital para tomar el bus que nos había llevado a Xela. El tipo había pasado todo el día en el bus, volando nalga (y no en el sentido gay que se imaginan).

Como se habrán dado cuenta en los textos anteriores, Berne y yo estábamos un poco pasados de tragos durante la actividad, así que no tengo la menor idea de qué fue lo que el tipo cantó. Ni de cómo cupo en el cutre escenario del lugar.

Mido 1.85 metros, arriba del promedio en Guatemala y cuando por shute me metí al escenario a ver qué pasaba, no cabía, las luces me llegaban justo a la frente. Y este escuintleco que les cuento me sacaba fácil, fácil, cabeza y media más de altura. Es decir, un cerotosaurio, un hijueputón. Así que no tuve más remedio que ponerle de apodo Tricket de avión, dada su generosa altura.

Pues mientras nos encontrábamos en el parque Berne, Payeras y yo, hablando cualquier cantidad de cosas al calor de los tragos, hizo su magnánima aparición El Yeti de Costa, porque el escuintleco, de aproximadamente 45 años, aparte de lo alto, era fornido como roble, pero con cara de buena gente.

Caminaba agachando su poderosa cabeza para escuchar mejor al mundo. Sonriendo nos pregunto que "dónde estaba la fiesta". Berne, que calculo andaba por los 1.65 Mts, parecía figura de acción a la par del tipote y le dijo "donde está el trago y aquí hay". Se le sirvió uno en un vaso plástico que parecía un dedal en su manaza.

Un tipo inocente para ser sincero. Me cayó bien. Aparte que al escuchar mi segundo apellido, Pereira, me dijo que conocía a un cuate que había sido diputado de Escuintla. "Era mi tío, el suicida", le dije antes de apurar el vaso hasta el fondo. Ya estaba borracho y me sentía sincero.

Me dijo que lo sentía mucho y yo le dije que no había problema. La costa es un mundo oscuro de tanto sol que hace. La gente se vuelve loca de calor. Yo no lo soporto, siento odio por la humanidad cada vez que me acaloro. Por eso me gusta el clima de Xela, frío como el útero de una estatua.

Esa fue nuestra charla. La apacible y peligrosa vida de Escuintla, de cómo con tres hijos y dos divorcios, seguía asistiendo a las ferias y discotecas esperanzado de encontrar el amor. "Puta madre", dije, "el fin máximo de este Pie Grande es encontrar a su giganta".

Apareció en escena Hell Boy y Porcino que se habían ido por su lado, con los músicos, a pasear por los pequeños y atractivos antros que circundan el centro histórico de la ciudad altense. Nos vieron a la lejanía y se nos unieron. Ambos no estaban tomando, Porcino porque estaba bajo antibióticos y Hell Boy porque si toma es como si le crecieran los cachos y guarden a sus hijas, aves de corral, ganado, etcétera. Persígnense por favor.

Así que el bonachón Hombre de las Nieves que teníamos por arrimado, nos empezó a contar que la vida de costa es diferente a la de occidente. "Por ejemplo muchá, las patojas son más calientes que las de aquí, allá se destapan más", contestamos todos al unísono un "a huevos es por el frío". Luego sale a relucir la chabacanería machista y una sarta de comentarios capaces de ruborizar al diablo y calentar a la hermanita preadolescente de la Virgen María.

"Aparte que el calor como que hace que les pique allá abajo y siempre andan buscando quien les rasca", apunta el Palmera en Esteroides. Aullamos de la risa y brindamos. Somos unos desgraciados. Nos burlamos de todo, todo el tiempo. Y no importa. Por eso cuando escuchamos a ese Sasquach decir comentarios verriondos como el anterior, era una forma de ver derretirse el velo de pudor que cubre a nuestra sociedad.

Hay vidas y hay vidas. Cómo realidades propias. Aparte de la grandota que es una. Por lo tanto las experiencias vitales de cada uno de nosotros difieren de las ajenas, allí el gusto que le encontramos a la necesidad de conocer tanto acerca de las vidas de otros, porque comparamos inmediatamente lo nuestro con el del vecino. Por eso cuando el tema de las drogas apareció en escena, todos los que estábamos presentes, a excepción de Pichón de Dinosaurio, teníamos cierta experiencia en el rubro. O sea, habíamos leído mucho sobre el tema.

"Fíjense muchá", comenta el Modelo de Cabezas Olmeca, "allá en Escuintla la situación está bien jodida. Las chavitas rapidito salen a discotequear y se andan echando los tragos, fumando y pisando con cualquiera. Y no les importa". Nos miramos entre todos y ya sabíamos el destino de nuestro siguiente viaje.

"Aparte que la droga es bien barata y fácil de conseguir", explica Escape de Titanic mientras se escucha un sollozo de Hell Boy. "Pero la policía cómo chinga!", agrega, "malditos, bastardos, malparidos, maricones, hijos de sesenta mil putas y un chucho", contestamos todos.

El siguiente comentario fue para todos la confirmación de dos cosas: hay aun esperanza en el mundo porque abundan los ingenuos. Dos, que hemos conocido un mundo turbio, denso, ácido e intenso de drogas duras. Un submundo, la subcultura, el metalenguaje social donde se genera la corriente que mueve el molino mundano.

"Pero eso sí muchá… para que se den cuenta cómo está la mara de engasada… ahora ya existen números a domicilio!!! Nunca pensé que mi amada Escuintla pudiera llegar a eso!!! Se imaginan, que ahora la cocaína la llevan a la puerta de la casa o donde esté uno metido!!!", dijo Retoño de Everest.

Nosotros no podíamos creerlo. Sin mentiras, yo casi lloro al ver tanta inocencia en la cara de Moronga de Cachalote. Despotricaba el grandote contra el crimen teniéndolo enfrente. Somos hijos de la violencia, no hay duda. Crecimos en un mundo convulso, en un país de rodillas por la guerra civil y las masacres. Inclusive Coyol de King Kong es parte de esto.

Habla de la violencia con un ex guerrillero y novelista, con un fabuloso bajista de trash y metal, otro escritor que su tío fue comandante guerrillero y él, que salía a darse reata por el gusto de hacerlo. Habla con un promotor cultural forjado en escenarios de rock, y habla conmigo que soy dueño de una pistola y tengo un blog pop. Nada nos conmueve, sólo la poesía. Eso también es violencia.

lunes, 20 de octubre de 2008

HOY LEEREMOS NUESTROS BLOGS EN VIVO...

... Porque es el primer cumpleaños de ese barcito llamado Corralejos y nos invitaron el siempre dinámico amigo Pablo Bromo, a Alejandro Marré, Julio Serrano y a mí, para leer los mejores éxitos de nuestras respectivas bitácoras virtuales (para más información, pueden hacer click en la imagen que allí están los datos).

Aprovechando tan magno evento, leeré y subiré la quinta entrega de la saga CRÓNICAS DE UN FIN DE SEMANA COMO SEMI JURADO Y PERSONAJE DE LA GRECIA ANTIGUA, que tanto escozor ha causado en anacrónicos y que pueden encontrar las entregas pasadas yendo hacia abajo de la página.

Así que para los que quieran escuchar dichos textos en mi propia voz y reírse un buen rato, los esperamos por allá. Prometo leerlos con efectos de sonido. Ah, y si el arte no les mueve, lleguen de todos modos porque van a regalar tequila, ajúa. Me encanta emborracharme con el arte por escudo!

sábado, 11 de octubre de 2008

LITERATURA GRIEGA REVISITED: Crónica 4 de un fin de semana como semi jurado y personaje de la Grecia Antigua

Escribo esto hoy sábado antes del partido de la selección de Guatemala, desde la empresa para la que trabajo ahora. Es raro, hoy haciendo cálculos y medidas, hace 15 días, dándome en la madre. No he podido contestar todo lo que me escriben como acostumbro, el nuevo trabajo me agota. Creo que los años furiosos han llegado a su fin. La cuarta entonces.


En la Grecia Antigua, en esos tiempos donde Luis Pasteur no pensaba en nacer, el agua pura, si bien era filtrada por largos procesos de decantación por piedra caliza, era un lujo. Lo mejor forma de adquirir líquidos era por medio de los alimentos y el vino, que costaba menos hacerlo que el agua y el alcohol mataba las bacterias malas. La acidez propia de esa bebida que tenía su propio dios, ayudaba a la flora intestinal a liberarse de los bichos propios de una civilización donde el agua pura era para las clases acomodadas. Aparte que les servía para ponerse como huevo de perro, es decir, hasta atrás de borrachos.

Divago. El reaggetón suena en la discoteca donde fue el evento ese que les contaba, donde por dos horas de mal sonido, se eligieron a la mitad de los finalistas del Primer Festival de la Canción 15 de Septiembre (que creo, es el otro sábado en Huevajazz, digo, Trovajazz). Entre una sarta de malas palabras, miro al chero puteando al Payeras con temas propios del liceo griego. Ah sí, con razón me recordé eso del vino y sus ánforas y que encontraron un naufragio frente a Grecia donde estaban dichos recipientes pero se sospecha que un vino de más de dos mil años es veneno y todo eso.

No crean que todo eso lo leí en algún lado. Nooooooooo, tengo televisión por cable y lo vi en el History Channel, lo comprobé en Wikipedia y se lo pregunté a Urbano Madel en una regresión que me hizo a mis vidas pasadas. Yo tengo libros porque se ven bien bonitos en las libreras, siete mil aproximadamente. Además es aburrido andar pregonando que uno lee más que todos "y que soy un ilustrado por eso, uy no la gente tan bruta, hay no estos tontitos, ¿no has leído tal libro?" y toda esa mierda. Ah, sí, entonces el Berne le decía que la vez pasada en Bogotá a Payeras le quedaron mal pero que fue por su culpa y no sé qué choreques más. Yo miraba a la conductora, la rubia culona, para ver si le sacaba algo de conversación y el resultado fue negativo.

Simplemente preguntaba cómo creía yo que ella había estado en escena como conductora de la actividad. “Pues no te vi bailar”, le dije. Nos reímos. Único ápice de conjunción que tuvimos en el viaje. Mmm, miento, al otro día en el desayuno dijimos al mismo tiempo que los panqueques estaban ricos. Berne le tiró un piropo a quemarropa, “sos tan linda que me imagino que Helena de Troya es tu pariente”. Nos reímos de la ocurrencia y ella también.

Tan linda ella, repregunta, “¿ella es la princesa de Noruega, casada con el duque de Saberdónde, verdad?”. Me descompuse. No tuve corazón de decirle la verdad. Así que le dije que nada que ver, que era la chava rubia que salía junto a Brad Pitt y Orlando Bloom en aquella película que se llama Troya. “Ahhhhhhhh, claroooooooo”, dijo, “aquella que es como en los tiempos de Jesús”. “Exacto”, dije y le apaché un ojo.

Y la entiendo. Es aburrido leer cuando en un sistema educativo te lo imponen como castigo. Ella no tiene la culpa. Nadie tiene la culpa. La culpa es la guerra, sí, de los 36 años de guerra que nos destruyeron como sociedad. Y de los hijos de puta que desbancaron a Árbenz y nuestra merecida primavera. Es que tengo que decirlo, si no, empiezan a decirme que soy frívolo y esas cosas propias con las que les gusta atacarme. Porque el intelectual tiene que ser serio y darse golpes de pecho, y no tomar en exceso, y no reírse, y vivir contrito, y peleando, no ser el centro de nada, humilde, bajar la cabeza frente al maestro, despotricando contra el sistema. Ya, contentos todos, proseguimos con la fiesta (mensaje patrocinado por la Secretaría de la Presidencia)…

Así que de tanto de Grecia, paramos convertidos en Telémaco, Ulises y Héctor. De allí todo se traslada a escenas submarinas, borrosas y cuando alguien se reía, salían burbujas de la boca. Tengo que hacer una pausa. Baño, me topa la cabeza en al techo, azulejos por todos lados. De vuelta. Ron añejo en las rocas. Una hora antes impartíamos lecciones de bartenderismo al bartender local al explicarle que el ron añejo es aquel que tiene color caramelo, no el blanco, como él intentaba hacernos pasar. El problema de la provincia para nosotros tan cosmo. Reíamos a carcajadas, felices, burlándonos de todo lo que nos rodea por dentro y por fuera, de nuestra condición de metidos en una actividad que no nos corresponde. Llamándonos con nombres imposibles y pensando en nada, sino en el desfogue, tirar por tirar, la sorna y no la propuesta, esa viene en esto, en la actitud, y transferirlo a la obra. Un calco de nuestra sociedad. Manchar este tiempo manchado.

Bravo Telémaco. Sorprendente Ulises. Maravilloso Héctor. Hablamos sabiendo que nada se hará al respecto. La diferencia es que nosotros lo sabemos. No queda otra cosa que caminar y contarlo. Una leve llovizna frente al Teatro de Xela, el hermoso teatro de Xela donde la gente escucha tan atenta cuando hay actividades culturales. Conservadores y tolerantes con el libertinaje. Llegamos a la tienda frente al parque, compramos más ron y dejamos las identidades, las reales, en la puerta. La cajera frunce el rostro al ver que nuestros nombres son raros. Oh caro Héctor, paga tu las copas que yo pongo el néctar; con gusto prefecto Ulises, que el ungido Telémaco compre el tabaco. Serán necesarias unas viandas antes de proseguir con las olimpiadas. ¡Por Zeus! (Traducción: vos serote, comprate unos vasos que yo pongo el guaro, orale pisado, que ese hijueputa compre las chencas, hartamos unos chéveres aquí afuera antes de seguir la chupadera. ¡Salud!)

Y enfilamos al templo-parque. Allí nos sentamos y bebimos y reímos. Desde arriba, el país de los dioses miraba hacia abajo moviendo sus cabezas en desaprobación. Dioniso empezó una orgía de contento y salió de cacería esa noche. Pasó acelerando su chopper cerca de la casa de Buda nada más por pura chingadera, le escondió las llaves a San Pedro, le metió ácido en el te a Mahoma y se robó algunas vírgenes del corral. Desde el parque de Xela escuchamos tronar los orgasmos.

lunes, 6 de octubre de 2008

975 METROS POR SEGUNDO: Crónica 3 de un fin de semana como semi jurado y personaje de la Grecia Antigua

La tercera. Sigue la saga de este viaje aburrido. Es la verdad, muchos hacen esto todas las semanas y nadie dice nada. Pero bueno, sirva esto para entender de una vez por todas que el periodismo gonzo... ya pasó de moda. Bueno, toda suerte de hacer periodismo, para ser sincero.

Parpadear despacio. La vida. La muerte. La decisión de pegarse un tiro o no. Un buen verso o perder a la mujer que uno quiere. Todo puede suceder en un segundo. Un mal momento o la predestinación. No lo sé. Un segundo es tanto para una mosca, como poco para un amante de la cocaína.

La velocidad es útil para esta época, sirve para medir en cuánto tiempo se recorre cierta distancia. Por ejemplo, una ojiva de 5.56 milímetros, la parte que mata de un fusil M-16, el tiro oficial de la OTAN, viaja a 975 m/s.

Es decir, un proyectil de 4 gramos viajando a esa velocidad, genera mucha energía. Y cuando penetra un cuerpo, pues el daño es considerable. Pienso esto cuando Berne me cuenta que la herida que tiene en el brazo izquierdo es producto de una ráfaga de M-16.

Para aquellos que no lo saben, los rifles modernos tienen tres tipos de acción. Semi, un tiro a la vez. Auto, se puede vaciar los 30 tiros de la tolva en tres segundos; o Ráfaga, donde con presionar una vez el gatillo se dispara cinco tiros. Es decir, diseñado para apuntar a un enemigo y dejar que la física haga su trabajo eliminando al adversario.

Berne recibió una ráfaga completa en el antebrazo izquierdo. Se lo destrozó. Tuvo que recibir injerto de peroné para recomponerle los huesos, y para terminar de ajustarlo, un tubo de titanio. Por lo tanto, su antebrazo izquierdo es una gran cicatriz.

Me contaba esto dentro del cuarto del hotel, luego de la segunda botella de vino que Payeras y yo degustábamos antes del magno evento. Nuestro querido Porcino las proporcionó ya que el pobrecito no estaba tomando culpa de unos antibióticos y esas cosas diseñadas para evitar que el hombre se vuelque de una vez por todas al alcohol.

"Fue cuando tenía 19 años y era guerrillero, me operaron en Cuba", comenta mientras los tres le miramos el antebrazo como adolescentes a través de ventana de putero, "lo bueno es que fue exitosa la operación", le digo, "ya que podés moverlo con normalidad". "Así es", dice, luego hace como que se masturba. Si alguien puede masturbarse luego de eso, la operación fue más que exitosa. Y bendita sea la medicina moderna, porque el primer amor nunca se deja ni se olvida.

Le convido vino y Berne me lo niega. Alega que le hace mal, le revuelve el estómago y lo que podría haber sido una buena noche, se tornaría en un recital en solitario de vómitos. "Me saca hasta las lombrices y esas son las únicas que me mantienen medianamente cuerdo", comenta.

Estamos en un hotel decente. En un cuarto donde dormimos los tres. Hay casi 40 personas que venimos a la actividad del primer festival de la canción 15 de Septiembre. A estas alturas del día, la resaca con que me enfrenté al día, merma. Ayudada del vino blanco y tinto que ya llevamos entre pecho y espalda.

Desde el hotel nos llegaban las malas noticias respectivas al sonido. Malo, pésimo. Enojo de los participantes y promesas de muerte en boca de Hell Boy González. Un tipo de temer. Una leyenda viva que sobrevivió a un asalto con cuchillo, pero no su agresor. Bajista extraordinario.

En el bus me contó que está por grabar su disco, el primero en solitario, luego de años de estar involucrado en la escena musical de un país donde quien se dedica al rock se vuelve un maldito y el talento es pagado con ignominia. Un tipo inteligente y brillante. Duro como gitano de Snatch.

Desde mi cama, acostado y tomando un cabernet sauvignon, puedo verlo en el infame local a punto de volverse un huracán contra el equipo viejo de la discoteca de pueblo. Y contra el sonidista que ya suda frío. Y así lo encuentro, murmurando maldiciones contra el mundo. Si no maldice, es probable que el tenue equilibrio del universo colapse. Yo por eso agredezco tanto que Hell Boy putee contra todos y todo, si no, de seguro descienden los Jinetes del Apocalípsis a cogernos a todos y allí sí me llevó la chingada porque le prometí mi virginidad anal a Jesús.

Entramos con Berne y pedimos una cuba y una chela. Le gusta el ron, especialmente el Flor de Caña 12 años. Puta, a quién no. Entramos en una breve discusión sobre qué es mejor, si el Flor o el Zacapa. No dejo que me gane. Es imposible.

Si de algo tienen que estar orgullosos los Botrán y los Castillo es que el nacionalismo guatemalteco se mide en qué tanto defiende su idiosincracia a partir del licor producido en el país. Nunca verán a un guatemalteco (que le guste tomar, claro) decir que hay un ron mejor que el Zacapa Centenario. Y es que es cierto.

Lo mismo sucede con la cerveza. La Gallo es buena, pero me refresca más la Cabro, para orgullo de los de Xela. Bueno, todo es igual, los dueños son los Castillo y antes tuve la oportunidad de ir a la Cervecería en Quetzaltenango con J.Low, amiga periodista y escritora, con la que nos la colocamos junto al maestro cervecero de allí. Tiempos aquellos.

Los del bar, aparte de no tener buen sonido para la actividad, no tenían Flor de Caña. Así que nos conformamos con un Botran Oro que lo tomamos en las rocas. Puro. Puros coches. La noche se desequilibró en carcajadas, análisis literarios de los recientes sucesos mundiales y su impacto en las letras latinoamericanas, críticas de los grupos que concursaban y lanzando vítores a favor del internet y a las nalgas de Sarah Palin. ¿Quién dijo que las conservadoras no se conservan?

Escuchamos a los grupos y solistas y salvamos a cuatro. A Jenny Alem y su banda de happy-shy emos, a los densos del Güero y su pandilla; y a un grupo de cuervos negros de Pana. Y a la conductora, que no participaba, hablaba como perica y estaba bien rica. Y nosotros, bolos.

Terminó la actividad sin pena ni gloria y salimos a la calle a buscar, no mujeres, no aventura, no ciudad, no turismo, no comida, sino alcohol. Nada llena a un desencantado. Qué hueva salir a conectar mujeres a Xela, son estiradas y se las llevan de la tanga de la Virgen. Las extranjeras están copadas por los maestros de salsa y español. Yo no sé bailar y soy mal hablado. Mugre combinación. La aventura, mmm, tampoco, es fría la cárcel. ¿Hambre? Los mejores hotdogs los venden a dos metros de donde venden el licor.

Allí estamos los tres, Héctor, Telémaco y Ulises. La gente que se vaya a la mierda. Estamos borrachos de nuevo y no tengo ganas de saber nada que no sea literatura, me la pelan todos. Que las mujeres se las cojan otros. Otras van a venir como siempre. Pero eso sí, que mi banca del parque esté disponible. La misma donde deconstruimos un país con Julio Serrano y Alan Mills en una lectura de poesía hace dos años.

Y allá vamos. Berne empuña con su brazo semi marchito otra botella de Havaba Club, como si fuera el mango de un AK-47. La gente nos abre paso y mira hacia abajo, abren camino. Es como esas películas de Vietnam donde soldados caminan entre los juncos de los ríos y estos se doblan a nuestro paso. No tenemos ojos, carbones. Es la hora de la venganza y nosotros, de campaña. Esa noche Dios durmió con pistola bajo la almohada.

viernes, 3 de octubre de 2008

EL PABELLÓN DE LOS QUEMADOS: Crónica 2 de un fin de semana como semi jurado y personaje de la Grecia Antigua

Segunda entrega del viaje, espero que no se aburran y si sí, pues vayan a ver porno que también edifica. A raiz del nuevo trabajo, me está costando un huevo conectarme, pero haré lo posible por subir pronto la tercera. Enjoy boys and girls!

"¿Has escuchado o pasado cerca del pabellón de los quemados en los hospitales?", pregunta Payeras. Contesto afirmativamente. "Pues así estamos nosotros en este estado calamitoso de la goma, va de quejarnos y quejarnos en cada curva que da el bus".

Sin mentir, casi me cago de la risa. Tanto que despertamos al participante de la vecindad, un evangélico que de reírse con nuestra jovial acidez, pasó a vernos con ojos de alma que mira a dos futuros condenados ser asados en una gran brocheta que entra por el chicuás y sale por la boca de cada uno.

Todo por hablar que deberíamos hacer una fiesta en honor a Baal, el becerro de oro, las rameras del Babilonia (el de la zona 6) y sentados en tronos de oro mientras dictamos instrucciones precisas: "Tu con... él. Ella que me sirva uvas en la boca. Ustedes dos... ¡bésense! Qué el perro haga trucos. Que los negros agiten más las hojas de palmera. Marimba garífuna a la canche. Que el mono vestido de turco me encienda el cigarro. Ciclista encunetado al organista ciego. Hey tu, la flaca, filma todo mientras te desnudas, que aquel te sirva de trípode. Las pelirrojas que peleen en aceite. La orquesta que toque las melodías de Pan. ¡Qué entre el chimabolos! Entre otras cosas que me da pena contar. Una versión tropicalizada de Saló o los 120 días de Sodoma, de Passolini.

Siguen las risas. "Imaginate que pasaría si dentro de diez años estamos de la siguiente situación : Vestidos con batas blancas como en la isla del Dr. Moreu. Sólo que en vez de cruzar animales con humanos, cruzaríamos artista guatemaltecos con... con... artistas guatemaltecos! Carcajadas.

Por ejemplo, cruzamos a L. con A. y nos da una especie de Gallina Carnivora. O ya sé, a M. con B... comé mierda! Sale un Peliguey! Eso si está malo inclusive para nosotros. Carcajadas. A la gran puta, a la gran puta... (seguimos con la competencia mental a ver a quién se le ocurre la peor mezcla). ¡Madres! Ya sé a J. con R... ¡el chupacabras! M. con Y., el Pijicuervo... Sho cerote, ya el evangélico nos está mirando feo vos... Y si cruzamos... así sucesivamente...

Cuado salga la primer camada, imaginate...
- Muy bien, doctor Dardón, creo que nuestra primer camada de monstruitos fue exitosa. Es el momento de dividir las ganancias, yo por el cariño que les tomé, pido al Barcino y al Pirata.
- Perfecto, doctor Payeras... en ese caso pido entonces al Tordo y a Nubecita.
- Excelente, ¿qué hacemos con Pedroza entonces? Acordate que no se lleva bien con Pradito, entre los dos mordieron a Maurice y no paró de llorar toda la noche...
- Es cierto, uno que sirva como guardián y el otro de exhibición.
- Con esto ganaremos el primer premio Nobel a la biología genética literaria del planeta.

Otra vuelta. Otra agitación de las entrañas y dan ganas de vomitar. "Chofer... más despacio porfa..." Quejidos, risas, y así la trenza. Tooooooodo el camino. El pabellón de los quemados riéndose de su desgracia autoimpuesta.

A todo esto, el camino se presenta frío. Golpeado. Paramos a recoger a los demás participantes que no llegaron al Palacio Nacional, los que viven en Chimaltenango y Tecpán, o algo así.

Algo de sueño. Modorra. Ayala está dormido. Álvaro Aguilar también. Hell Boy González habla algo detrás con esa voz de matón que tiene y el Porcino Rodas comenta por lo bajo. La conductora de la actividad, una locutora de radio que ni recuerdo su nombre, nos mira con sus ojos azules, pastando.

No entiende nada de lo que decimos. No es una mirada de lástima, es una mirada donde trata de tomar palabras al aire y comprender algo de la cháchara. "Lo que no me gusta de estas actividades", dice, "es que los artistas son apáticos entre ellos mismos... nada que ver como en La Academia, donde hay hermandad y todos lloran cuando uno se va de allí".

Su comentario me da ternura. Es rubia, cara larga y ojos azules, lindos. Caderas capaces de sostener el mundo. Piel blanca leche. Pequeños pechos parados. Duras y musculosas piernas. El trasero se los dejo a la imaginación. Toma agua, vocaliza constantemente (parece que canta o algo así), se hunde en su Ipod con música pop que seguro me gusta.

Es que me gusta la música pop. No hay mayor desparpajo que eso. La música pop es maldita, maldita en sí misma, se contiene en su universo. Es una fuerza que no tiene desborde. Es un orden establecido y me gusta eso. No como el rock que siempre se rebalsa y nos rebasa. El pop se entiende fácilmente y se baila con un pie.

También me gusta ver la cara de los chicos y chicas que quieren parecer inteligentes, cuando les digo que amo el pop. Me gusta Luis Miguel, RBD, Juanes, Shakira, baladas en español, Maná, y reaggetón sabroso. Esperan la broma sin darse cuenta que ellos son la broma. Tienen la idea que para ser intelectual es necesario escuchar gruesadas densas, o tirar mierda que es lo más fácil, como hacen las feministas. Borges me alborota la cabeza, "bien dicho muchacho, bien dicho" y yo agito el rabo.

"Lo que les falta es pipe", escucho a Hell Boy González. Salgo de mi discurrir interno sólo para reirme. Otra vez. Hell Boy hablaba de una chava de no sé dónde que hacía no sé qué, al igual que otra que le dicen Bolsa de Crema. Esta parte del viaje es confusa. Inclusive para mí. Pasamos por los sendos paisajes de Alaska, no tiene neblina y se aprecia el altiplano con toda su fuerza. Con este calor maldito que me coce por dentro, me dan ganas de salirme del bus y tragar aire, aire frío, acondicionado natural, para refrescarme la vida por unos momentos. Quiero agua pura, la Coca Cola me sabe a cuba libre.

Modorra de nuevo. Llegamos a Xela, tomamos la foto más kitch del mundo: todos los cantantes, grupos, trovadores, organizadores, en el monumento a la marimba. Puta madre diría Polo Polo. Afortunadamente el tiempo está gris, nublado y frío, como me gusta. Berne empieza a despertar. Invadimos entre todos el baño de la gasolinera y abro los ojos otra vez. Xela, lo último que supe de esta ciudad fue de un festival de poesía denso en todo aspecto. Así son los chivos, descendientes del macho cabrío, en la ciudad más conservadora de Guatemala si acaso hay alguna que no lo sea.