lunes, 22 de octubre de 2007

SAN CHARLES BUKOWSKI


Mis dos héroes están marcados por la viruela, Beethoven y Bukowski. Hablemos de este último. Me encontraba en una etapa profundamente jodida, la encrucijada entre seguir mis estudios de ingeniería y una promisoria carrera como empresario, o seguir haciendo poemas. Eran los últimos años del siglo XX, ahora no recuerdo bien si el 98 o el 99.

Estudiaba números y visualizaba un futuro medianamente bueno si seguía en la senda familiar y la empresa que tanto había costado a mi padre, pero encontré para mi maldición un libro de Plaza y Janés que tenía 20 poemas de Bukowski y me enganchó como solo la cocaína lo hizo.

Al principio me sorprendió el fondo más que la forma. Era oscuro, directo y fuerte, sin pelos en la lengua ni en la punta de los dedos para escribir lo que merece ser escrito. Así que sin más, tres meses después de haber leído todo lo que pude de este señor, le avisé a mis padres que me haría escritor.

No tienen idea de las veces que me he arrepentido de esa decisión, pero bueno, es constante mía y muletilla vivencial de arrepentirme de ciertas cosas, y aquí estoy. Conforme los años he conocido gente cautiva de Buk y ultimamente pues hablábamos mucho con Javier Payeras sobre el caso de este señor y decidimos hacer algo, o sea, hablar sobre él. Y qué mejor lugar para hacerlo que el Badd Attitude, en la zona 1.

¿No conocen a Bukowski? Se los recomiendo, es una lucha constante, es lo que salva a sociedades deslumbradas como la gringa, es el humanismo de la derrota, cae bien leerlo porque escribe bien (en inglés, claro, las traducciones son medianas).

Así que este sábado están invitados a que nos tomemos los buenos tragos. Vamos a poner desde las siete de la noche la película Factotum, (basada en una de sus novelas), luego leeremos sus poemas, vamos a escuchar Buk leyendo sus poemas (grabación) y a escuchar música de la banda sonora, así como de Tom Waitts y Leonard Cohen. Les dejo con un texto magnífico de este señor, mi favorito acaso:


LA DUCHA

Nos gusta ducharnos después
(a mí me gusta el agua más caliente que a ella)
y su rostro siempre es suave y tranquilo
y ella me lava primero
me extiende el jabón por los huevos
los levanta
los aprieta,
luego me leva la verga:
"¡Oye, esto sigue duro!"
luego me lava el vello de ahí abajo
la panza, la espalda, el cuello, las piernas,
yo sonrío, sonrío, sonrío
y después la lavo yo a ella...
primero el coño,
me pongo detrás, mi verga en sus nalgas
suavemente le enjabono los pelos del coño
lavo ahí con un movimiento suave
talvez me detanga más de lo necesario,
luego las piernas por detrás, el culo,
la espalda, el cuello, la hago girar, la beso,
enjabono los pechos, luego la panza, el cuello,
las piernas por delante, los tobillos, los pies,
y luego el coño, una vez más, para que me de suerte...

otro beso y ella sale primero,
se seca, a veces canta mientras yo sigo allí
pongo el agua más caliente
disfrutanto los buenos momentos del milagro amoroso
luego salgo...

normalmente es por la tarde y todo está tranquilo
y mientras nos vestimos hablamos sobre qué otra cosa
podríamos hacer
pero el estar juntos lo resuelve casi todo,
en realidad, lo resuelve todo
porque mientras esas cosas estén resueltas
en la historia de un hombre y una mujer
es diferente para cada uno
mejor y peor, para cada uno...

para mí, es tan espléndido como para recordarlo
después de la marcha de los ejércitos
y de los caballos que pasan por las calles afuera
después de los recuerdos de dolor y el fracaso
y la desdicha:

Linda, tú me has traído esto
cuando te lo lleves
hazlo lenta y suavemente
hazlo como si estuviera muriéndome en sueños
en de lugar de en vida,
amén.


jueves, 18 de octubre de 2007

HOY JUEVES LECTURA DE POESÍA


Chicas y chicos del can, están invitados a este apoteósico evento de poesía, tragos y fotos para el olvido. Hay nos vemos...

viernes, 12 de octubre de 2007

CONTROL


Por momentos uno siente que se entiende la vida más allá de sus defectos. Que todo va a salir bien, que pronto habrá aumento de sueldo y que al final de cuentas las deudas pues lo mantienen a uno con vida. Al menos atento.

La lluvia no es tan mala y no pierde su aura romántica. Mojarse es bello. La psique ejerce tranquila una especie de sopor, de calma previa a la tormenta. El Ritalin es cosa del pasado y los Valiums, pues hay otros necesitados.

Obviamente es un paliativo, un breve oasis de la mierda cotidiana. Aumenta el trabajo y la talla del pantalón, aumentan las tarjetas de crédito y culpa de la lluvia choqué a otro idiota como yo que andaba embebido en saber que laberínticos problemas. Dan ganas de escapar de todo.

Hay quien lo hace y se va sus buenos fines de semana a descansar. Otros se vuelan los sesos, saltan de puentes o se ahorcan. Ian Curtis fue uno de ellos y fue el cantante de Joy Division, un imprescindible de la cultura pop moderna.

Su voz es una maravilla del desencanto y el fuego con fuego se combate. Curtis es un hombro en que apoyarse en momentos jodidos. O sale uno campante de regreso al mundo, o se mata como lo hizo mi amigo Julio Mendizábal, periodista y novelista, autor de La blasfemia gótica, novela oscura sobre Guatemala y con Atmosphere, como banda sonora.

El asunto es que estrenaron hace poco el filme Control, dirigida por Anton Corbijm. La película se centra en la trágica y hermosa historia que fue Ian Curtis. Miren el trailer, arrodíllense, eleven una breve oración y pidan a Curtis y a su mártir Mendizábal, que venga la película a Guatemala. Hoy, con la ciudad nublada y frío a lo Manchester, definitivamente es día de cerveza oscura. Brindemos.

martes, 9 de octubre de 2007

ENUMERACIÓN DE LA NOCHE


Dos huevos revueltos con mantequilla vegetal, dos porciones de salami, frijoles volteados. Pan y café dulce y fuerte. Dos antigripales verdes. Textos de la construcción de Europa, Carlomagno cabalga y los hunos meten la peste al occidente. Una bolsa de supermercado, dos desodorantes de mujer con olor a talco de bebé, no puedo evitarlo, odio los olores de los de hombre.

Cuatro chocolates Diablo. Uno menos. Un breve regreso a la Biblia, datos inconclusos. Almohada doblada detrás de la nuca, se respira mejor. Un programa en la tele sobre sobrevivencia. Aprendo trucos para mis cuchillos de explorador, dormidos en el cajón de calcetines. Dormito.

Vaso de agua. Caza de un zancudo. Arriba mueven muebles. Afuera alguien conversa mientras los pasos hacen eco en lo solitario y mojado que es el centro por las noches de lluvia.

Tocan una puerta para que abran. Nadie atiende, otro capítulo del Sacro Imperio Romano y extraño a mi computadora. Lápiz y papel de nuevo. Efecto de las pastillas o ya no puedo escribir por la tecnología. Letra pésima, inconexa. Ya no tocan la puerta, la martillan.

Pesadillas y la tele encendida. Baño y otro vaso de agua. Deshidratación y camiseta pegada. Fiebre segura. Un elefante se enloda feliz en algún lugar del mundo y yo aquí, hervido en gripe.

Caigo de nuevo hasta mi siguiente pesadilla, estoy caliente en todas las acepciones de la palabra. Erecto. Se me antoja una sopa de pollo con limón pero no sé nada, inmediatamente el conocimiento me abandona. Y las capacidades. Y la coherencia. Las motos anuncian el nuevo día y el nuevo diario. Quiero llorar cuando matan a Steven Biko. La tele arde como yo.

Miro a Carlomagno sosteniendo el mundo desde un caballo.
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martes, 2 de octubre de 2007

DR. LIVINGSTONE, SUPONGO...


¿Se puede terminar de escribir? No lo creo, al menos para mi es una obsesión larga y llana. En cierto modo me siento, ávido lector de aventuras, como un Henry Stanley buscando al doctor David Livingstone y al momento de encontrarlo pronunciar su famosa frase, breve y bastante sosa para los trabajos que supuso la búsqueda del misionero y explorador.

Porque escribir es eso, explorar un mundo ya descubierto, o que se intuye como tal. La poesía es un ejemplo, ya se sabe a dónde ir, uno decide el camino. La novela igual, del cuento no se mucho. Escribo sobre esto porque recién llegué a un destino: el punto final de mi primera novela. Y para ser sincero, no tuvo nada de romántico, simplemente se termina y ya. Stanley le dio la mano a Livingstone y se acabó la búsqueda.

La aventura, he dicho antes, radica en el viaje no en el destino. Si se llega bien, sino, igual. Así que pronto haré llegar este borrador a tres narradores contemporáneos que a mi criterio son importantes y ya veremos. Algunos cambios e iniciar la gestión editorial y ojalá pronto salga el librito para terminar de sacarlo de mi sistema.

¿Adelantos? Pues si, trata de la violencia en todo aspecto. Frases breves, construcciones simples, fácil de leer. Cero complicaciones. Se llama El verdadero dolor no es instantáneo. Y como ya no puedo ir a descubrir personalmente entronques de ríos, ni nuevos lagos o morir rostizado por tribus comehombres, mi aventura está circunscrita a esto, a fabricar caminos de palabras.

Me gustó tanto esto que ya estoy embaucado en otra expedición más completa, riesgosa y larga. La segunda se está fabricando furiosamente y me gusta su adrenalina. Les comparto esto porque son como mis complices, los destinatarios de las cartas que se hacen en el viaje. De otra manera, no pudiera hacer bien los mapas.


Posdata: Además celebro con este texto que al fin entendí cómo subir imágenes al blog (lo sé, era sencillo). Así que arriba está el mítico encuentro entre Stanley y Livingstone, ocurrido en Ujiji en 1871, y publicado un año después por The Illustrated London News.