lunes, 24 de septiembre de 2007

SOLO CON MI SOLEDAD

El éxito de la canción latina y sus grandes exponentes es relativo a la parranda. Digo, conforme las peñas avanzaban en la madrugada más cautivos de la bohemia aparecían. Encontramos a Raphael, nacido de la antigua escuela de la canción de protesta. ¿Protesta? Sí, protesta contra el amor, contra el desamor, contra la fidelidad, contra ella y a favor y en contra de ellas. Y de ellos.

La balada es un canto menor, una elegía a la derrota. Es dramática y se construye a partir de diálogos y monólogos; risas, llantos, alegorías sexuales y religiosas. Tropos insulsos y baratos, melodías con la potestad de un potente virus informático: se te mete en la cabeza y ni Cristo reencarnado lo saca. Menos los inútiles de Norton.

Crecí escuchando ese tipo de música con mi madre. Algunas sirvientas suspiraban en la casa de mi bisabuela con José Luis Perales, Dyango, Nino Bravo, Julio Iglesias, Rocío Jurado, Jeannette, Emmanuel, Mocedades, Los Bukis, Amanda Miguel, Rocío Durcal, Joan Sebastian, Marisela, Carlos Mata, Gualberto Ibarreto, José José, Juan Gabriel, Los Iracundos y otro montón de bandas que se agruparon bajo el artículo determinado "Los" (Los Brincos, p.e.j. entre otros muchos).

¿Qué tiene de especial esto? Pues que muchas personas han vertido lágrimas y risas al escuchar las canciones. Por lo tanto, es un catalizador social de amplio espectro, algo así como la penicilina contra el mal de amores, porque si algo tenemos como especie es esa volición hacia los sentimientos por mucho trabajo que se tenga, por mucha hambre que se sienta o por muy desencantados que estemos. Hasta los sosos críticos se enamoran.

Mi reencuentro con la balada fue en el mítico Nuevo Daiquirí, gracias a Francisco Alejandro Méndez (fenomenal cuentista de nuestro tiempo) que me presentó a tan malogradamente buen antro. Nos llevó allí junto a mi amigo Melvin Quijivix para que cantaramos José José y Frank Sinatra. Y me enamoré de ese género tan chusco para unos y necesario para otros.

Lo supe cuando en una oportunidad me vi cantando Sola con mi soledad, de Marisela, mientras hacía oficio en mi apartamento y no pude más que entender en esa epifanía hogareña a las lejanas mucamas de mi bisabuela. que mientras recorrían los amplios pasillos de su casa arrastraban pies y escobas en un trance para desligarse del lugar y viajar a los prometidos arrumacos que Perales o Kiara, ofrecían.

Desde entonces cuando lavo platos (ahora una señora, doña Ana, limpia mi casa) enciendo las bocinas y le pongo play a mi carpeta del recuerdo y viajo también a ese tiempo de ensoñamientos, amores perdidos, tristezas y alegrías que me ofrece la balada que toque.

13 comentarios:

  1. si vos yo tambien me forme oyendo a estos señores en las bolas de mi padre, y pues si el genero es fantastico vos,

    me considero influenciado por jose jose, juan gabriel, los iracundos, sandro, hasta aquellos boleritos de luis miguel estaban de ahuevo.

    el caso es que si, en estas tardes de lluvia nada mejor que aquella de "las puertas del olvido" o dios mio

    la magnifica "40 y 20"

    saludos

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  2. Totalmente, no por nada sigue siendo El Pr�ncipe de la Canci�n. Es cierto ya perdi� la voz Jos� Jos� pero como dijo luego de que lo encontraron borracho en la calle "se me fue la voz... pero me qued� el trago, carajo!" Jajajajaja...

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  3. Al parecer todos estamos en quasi lo mismo, como son de buenas para echarse las frias

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  4. Por muy "mucas" que nos parezcan algunas canciones quien no ha coreado con los Tigres...hasta los màs caqueros culitos tienen su gusto por la mùsica de sirvientas.
    Música de cantina o no, alli estamos escuchandola. Salud

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  5. Salud también para vos Anónimo, y es cierto... no por nada aquel estribillido de "qué querrá la princesa, que querrá la muñeca, qué se le antoja a la niña fresa". Y los Tigres, santo poder, son mundo aparte, ajúa!

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  6. Marisela era la favorita de mi hermana mayor. No se a quien le cantaba cuando le subia el volumen a la cancion (esta a la cual te referis en particular)...pero al escucharla cantar con ese sentimiento (y obviamente desafinada)yo sabia que estaba en su propio mundo y que no era buena idea el molestarla (y eso que me gustaba hacerlo).
    Nosotros tenemos una gran coleccion de musica (gracias a mi esposo en realidad) y a mi me gusta poner musica de los 70s/80s a veces para regresar en el tiempo y viajar a cuando era ni~na y cantaba a todo pulmon "Las puertas del olvido cerre, ese no es un lugar para ti, estas entre las cosas que ame, aunque ya te perdi." Jajaja. En ese entonces yo definitivamente no tenia a quien dedicarle esta cancion, pero bueno, el amor no tiene edad. ^_~

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  7. Es cierto, a veces uno canta sin saber qué jodidos anda diciendo. Nuestras baladas en la infancia eran en cierto modo, una pequeña escuela para lo que vendría. De lo bueno y lo malo. Saludos Carmen, espero sigas mejor.

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  8. Yo si entendi el secreto del asunto...jiji. Por cierto, el otro dia estuve escuchando a Camilo Sesto. Saludos. :)

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  9. Hola te saluda de nuevo Gabriela de Cali... has pensado en escribir un libro sobre esto? Eres un experto en el tema y lo haces tan bien que es superdivertido leerte. Lástima que estamos tan lejos como para invitarte a un aguardiente colombiano. Disfruto mucho leerte, por cierto, si te mando mi dirección con el dinero, me mandas tu libro? Un besito.

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  12. CARMEN: pilas como siempre, no dudé de tu capacidad! ajjajajaja, saludos, JP.

    GABRIELA: gracias por los halagos y con gusto te envío el libro, escribeme a mi correo para ponernos de acuerdo y el traguito pues me lo toma aquí por ti.

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