martes, 25 de septiembre de 2007

ALGUNOS EJEMPLOS DE BALADAS...

Como creo que me quedó un poco incompleto el texto anterior, qué mejor manera que ejemplificar con los siguientes videos. Disfruten... (Advertencia: luego de ver los videos es probable que se conviertan en alcoholicos consuetudinarios, románticos kitch, cínicos magníficos o cómicos agrios. Si se presentaran algunos de los síntomas anteriormente descritos, recuerden que cuentan con el autor de este blog para hacerles coro) ATENCIÓN: LOS TÍTULOS DE LAS CANCIONES SON LOS LINKS DE LOS VIDEOS (aclaro porque varios no han entendido el secreto del asunto...)

ALMOHADA, José José. Una de las canciones más tristes que he escuchado en la voz del Jefe de Jefes.... del Príncipe... del Héroe... del Varón... del Hombre... del Master Bolo... Chepe Chepe!!!!!!!

LA NAVE DEL OLVIDO, José José
Aquí en dueto con otra grande del romanticismo a lo secretaria de finanzas públicas, Vikki Carr. Un tema digno para cantarlo... qué digo... gritarlo a todo pulmón.

UN GATO EN LA OSCURIDAD, Roberto Carlos
La tragedia vivirá por siempre, mi alma felina llora con esto. Inconcientemente empiezo a destapar botellas (la vez pasada me tomé el vinagre, cuidado...)

NECESITO UNA COMPAÑERA, Los Bukis
Rola indispensable del adolescente ochentero, muestra las características básicas de una novia de época, la frase "que no tenga maldad, que su alma tenga humanidad" me atormenta...

ENAMORADA Y HERIDA, Marisela
Himno para el despecho, si creen que los cantos gregorianos tienen mística, no la han escuchado. (Por cierto, yo estaba enamorado de ella y ahora que la miro, me dan ganas de regresar a terapia mental... por lo visto fui un crío con problemas, ¡y serios!).

MARACAS, Alberto Vásquez
Una disputa de amores se transforma en amistad musical, canción infaltable en el inconciente güarero latinoamericano. Es inevitable darse cuenta del éxito con las féminas de este tipo, y eso que ya tiene planta de polilla.

VOLVERÉ, Amanda Miguel y Diego Verdaguer
El eterno retorno de Borges no se compara a esta versión kantiana del amor. JLB, al escuchar esta rola, hubiera vuelto a ver. El sentimiento de los cantantes hace brotar lágrimas, de risa o tristeza, pero lágrimas al fin.

ME LLAMAS, José Luis Perales
¡Y no lloro porque te fuiste sino porque te llevaste la tele, hijae...W%&$"/%=! Para decirle adiós a cualquiera, una buena despedida. Perales siempre se me hizo como un Serrat pop con mejor digestión. (Aprendan de la excelente escenografía).

EL TELÉFONO LLORA, Claude Francois
Cuando era niño me daba risa la canción, de adolescente no lo entendía, de joven padre me hizo nudos en la garganta y ahora de adulto contemporáneo, ¡Pues me paso lo amarguito con un buen trago! No tiene video, pero pueden imaginarlo....


Bueno, luego de este breve repaso (podría seguir, pero la verdad, qué hueva) espero dar por finalizadas mis disertamientos sobre la patética, bella, romántica y cursi balada hispanoamericana. Si tienen más sugerencias, háganlas saber y si omití más de algo, mil perdones...

lunes, 24 de septiembre de 2007

SOLO CON MI SOLEDAD

El éxito de la canción latina y sus grandes exponentes es relativo a la parranda. Digo, conforme las peñas avanzaban en la madrugada más cautivos de la bohemia aparecían. Encontramos a Raphael, nacido de la antigua escuela de la canción de protesta. ¿Protesta? Sí, protesta contra el amor, contra el desamor, contra la fidelidad, contra ella y a favor y en contra de ellas. Y de ellos.

La balada es un canto menor, una elegía a la derrota. Es dramática y se construye a partir de diálogos y monólogos; risas, llantos, alegorías sexuales y religiosas. Tropos insulsos y baratos, melodías con la potestad de un potente virus informático: se te mete en la cabeza y ni Cristo reencarnado lo saca. Menos los inútiles de Norton.

Crecí escuchando ese tipo de música con mi madre. Algunas sirvientas suspiraban en la casa de mi bisabuela con José Luis Perales, Dyango, Nino Bravo, Julio Iglesias, Rocío Jurado, Jeannette, Emmanuel, Mocedades, Los Bukis, Amanda Miguel, Rocío Durcal, Joan Sebastian, Marisela, Carlos Mata, Gualberto Ibarreto, José José, Juan Gabriel, Los Iracundos y otro montón de bandas que se agruparon bajo el artículo determinado "Los" (Los Brincos, p.e.j. entre otros muchos).

¿Qué tiene de especial esto? Pues que muchas personas han vertido lágrimas y risas al escuchar las canciones. Por lo tanto, es un catalizador social de amplio espectro, algo así como la penicilina contra el mal de amores, porque si algo tenemos como especie es esa volición hacia los sentimientos por mucho trabajo que se tenga, por mucha hambre que se sienta o por muy desencantados que estemos. Hasta los sosos críticos se enamoran.

Mi reencuentro con la balada fue en el mítico Nuevo Daiquirí, gracias a Francisco Alejandro Méndez (fenomenal cuentista de nuestro tiempo) que me presentó a tan malogradamente buen antro. Nos llevó allí junto a mi amigo Melvin Quijivix para que cantaramos José José y Frank Sinatra. Y me enamoré de ese género tan chusco para unos y necesario para otros.

Lo supe cuando en una oportunidad me vi cantando Sola con mi soledad, de Marisela, mientras hacía oficio en mi apartamento y no pude más que entender en esa epifanía hogareña a las lejanas mucamas de mi bisabuela. que mientras recorrían los amplios pasillos de su casa arrastraban pies y escobas en un trance para desligarse del lugar y viajar a los prometidos arrumacos que Perales o Kiara, ofrecían.

Desde entonces cuando lavo platos (ahora una señora, doña Ana, limpia mi casa) enciendo las bocinas y le pongo play a mi carpeta del recuerdo y viajo también a ese tiempo de ensoñamientos, amores perdidos, tristezas y alegrías que me ofrece la balada que toque.

lunes, 17 de septiembre de 2007

MÚSICA LIGHT

Regreso a este mi espacio suyo luego de algunos días de ausencia. La semana pasada tuve la oportunidad de estar en la actividad Poesía Versus 9-11 en Xela donde se leyeron textos autores nacionales de vanguardia (la cual, está en Quetzaltenango, a mi criterio). Actividad interesante donde luego se presentó el libro Síncopes del reconocido Alan Mills.
Luego, me tocó trabajar para el eterno proyecto de la revista que algún día saldrá y me desvelé bastante. Así que entre cafés, cocacolas y cigarros, descubrí que es mentira, no sé de música más allá de lo que cualquiera de nosotros sabemos de historia. Que aparte de Beethoven no he investigado música de cámara (o "elevada" según mi hermano) y que el jazz me es ajeno como un Oke-Daiko japonés.
Así que me promulgo un chico pop. Me gusta la así llamada música light, porque en esa noche de desvelo me vi tarareando Sálvame, del infame grupo RBD. Me gusta la música disco de finales de la década de 1970 y bailo animadamente el reaggetón, a pesar de sus misoginias y repeticiones.
Michael Jackson es tan grande y necesario para la cultura moderna como antes lo fue un Góngora para la poesía. Ian Curtis es mi Cristo. Me gustan tanto los Tigres del Norte como The Beatles y José José es el Vallejo de la balada. Alejandra Guzman comparte reinado en mi patria mental, junto a la Joplin. Si Curtis es Cristo, Queen es su coro celestial. Alabado sea el Buki, Pastor López y Aniceto, mártires de la cumbia.
Digo esto porque un amigo mío tiene la insoportable maña de cada vez que escucha música encontrarle un defecto y otro, que si la armonía, que si la letra, que si el cantante, que si el género, que si tu madre. Y se lanza una cátedra sobre composición que dan ganas de degollarse con un compact o de meter la lengua en un tomacorriente. Carajo, ¿a dónde se fue el gusto llano y simple por el disfrute musical? Es por eso que a su memoria, me declaro un melómano de lo light.

viernes, 7 de septiembre de 2007

ALDEAS MIS OJOS, APUNTES

Como siempre, llegué tarde a la antología. Digo, hasta hace tres días la tuve en mis manos y pude leerla al fin. Aldeas mis ojos es una recopilación de los nuevos poetas, las voces más recientes en la lírica chapina, que fue publicada para esta edición del Festival del Centro Histórico. Contó con el apoyo de Grupo los Tres y del Banco G&T Continental.
De diagramación sobria, el librito (por tamaño, claro) se lee en una sentada de inodoro. Pero no se deja domar de una vez (al menos para los que descubren las entrelíneas) y es necesario regresar y leerlo varias veces. La selección estuvo a cargo de Alan Mills, y la presentación por Estuardo Cuestas Morales, presidente (imagino) del grupo automotriz patrocinador.
Cuestas, en un breve texto, demuestra que sabe tanto de poesía como yo de carburadores. Lego en el fenómeno poético, pero loable en su tarea de apoyo. Contrario con Mills, quien inicia la antología con un pequeño ensayo que deja sabor a más, y justifica el poemario de buena manera.
Esta nueva generación de poetas tiene características que les une en una tendencia, “apelan menos al efectismo (quizás también utilizan mayor cantidad de tropos, recursos y giros)”, escribe Mills en el ensayo.
Totalmente de acuerdo. La selección de los poetas también fue cercana a Alan, “Durante estos últimos años he tenido acceso a estas escrituras precisamente a través de una especie de taller creativo virtual, donde cada uno de ellos me ha hecho llegar su trabajo inédito […] juntos hemos ido elaborando ciertas claves que orientan esta nueva poesía. No tengo empacho en decir que mi selección de los poetas está en buena medida determinada por la amistad y/o relación que se ha originado en esa curiosidad mutua”.
Así que para aquellos que empiecen a alegar que es una mala selección de escritores, o que sólo los conocidos de Alan aparecen, que se jodan, una antología no es para quedar bien, es para mostrar lo que sucede en tal momento de la historia de la literatura de un país o movimiento. Y creo que aquí se logra muy bien.
Escribo esto desde mi postura de lector de poesía (mi género favorito) así que me tomé la libertad, luego de leer a los antologados, de hacer comentarios de cada uno de ellos. Conozco a algunos, no conozco a otros y fui sincero para mí mismo en lo que escribí de cada uno. No es por quedar bien o mal, no tengo ni un sólo interés en ello.

ROSA CHAVEZ
Hay serias deficiencias en lo que a poetas mujeres se refiere (no me gusta la palabra poetisa, así que no la uso). Aparte de algunos nombres que eventualmente publican (Ale Flores, Regina Galindo, Ades Loukota) la poesía contemporánea es casi patria potestad masculina. Pero el nombre de Rosa Chavez se sobrepone a muchos “versistas” y gana en calidad y fuerza. Me gustan los poemas elegidos para Aldeas mis ojos. La voz se forma y transforma en las diferentes situaciones que elige Rosa para escribir, las palabras están cuidadas y los versos limpios, mueven mucho. Una indispensable de estos tiempos.

PEDRO CHAVAJAY
No lo conocía como poeta sino como artista de la plástica, no me cautivaron los poemas y no me dijeron nada que no conociera tanto en fondo como forma. Es más, el recurso de la forma (acaso motivado por su trabajo visual) toma peso contra lo que se dice y el uso de las mayúsculas me ofrece ruido más que solución para el poema. Rescato el texto número tres.

MARVIN GARCÍA
Aparte de ser un excelente gestor cultural es uno de los mejores poetas que aquí aparecen. Los textos comunican, son limpios y no necesita de buscar innovaciones inútiles para mostrar sus momentos exactos del fenómeno poético. Son momentos limpios y eso se agradece. La temática atrae y se siente coloquial. El desarraigo se torna una búsqueda personal y no tanto de temática ni forma. El poeta busca explicarse a sí mismo el mundo, antes de explicarle al mundo quien es.

WINSTON GONZÁLEZ
Es un torrente Winston. Tiene mucha fuerza y se nota en los textos, dominan al lector, ofrecen misterios que nunca serán resueltos pero no importa porque están bien escritos. Hay música de la buena en sus letras. Prefiero leerlo que a escucharlo, así como escribe, habla. Su primer libro, Los magos del crepúsculo, lo conocí mucho tiempo después de conocerle a él y la experiencia de leer sus poemas en la tranquilidad de la casa, absorberlos en solitario, es mucho más satisfactoria que escucharlos en una lectura de poesía. Prefiero los remansos que los rápidos.

ASTRID LOTTMANN
Solamente me medio gustó el poema en verso, el último. El resto, los prosaicos, me aburrieron con tanto recurso. Hay mucha bulla.

LUIS MÉNDEZ SALINAS
Cuando se abandona el verso y se hace prosa poética, hay que saber los límites entre lo que puede ser un buen texto y un monstruo. Luis, lo sabe porque presenta aquí tres buenos ejemplos con bastante intensidad y muy bien cuidados. El discurso lleva de la mano al lector hacia parajes, nuevas vistas, de temas tratados hasta la saciedad por la llamada generación de Postguerra guatemalteca.

JULIO SERRANO
Su primer libro Las palabras y los días, me sorprendió y me gustó bastante. Si tendría que decirle algo sería que es multimedia, o sea, que utiliza muchos recursos para escribir y armar sus textos con éxito (letras de canciones, citas, mayúsculas, negritas, etc). Y eso se agradece. El primer poema que aparece en la presente antología, ya lo conocía, el resto no. Toma (¿coincidencia generacional?) la prosa poética para presentar unos textos sobrios e intensos. Me suena a una nueva camada de poemas, a un giro en su obra.

EDUARDO SILVA ALVARADO
Su aproximación a la poesía es lúdica. Leerlo es divertido, no aburre con ceremonias ni palabras rebuscadas, no busca la reinvención como cruzada literaria, se reinventa en su frescura. Sus poemas son como mantras, musicales y breves. Pero se pueden repetir y releer muchas veces que el peso armonioso de los versos no molesta.

GABRIEL WOLTKE
Creo que es el más joven que aquí aparece pero es de los mejores. Tiene mucha fuerza y los poemas casi son de primera intención, se intuye. Los referentes culturales muestran la búsqueda de la intensidad, sus versos, pequeños y contundentes, son los justos para los poemas. Me gustó el trabajo, espero el primer libro del cuate este.

ELISA ÁNGEL
Dejé de último a Elisa, a pesar que es quien inicia la antología, porque es quien a mi criterio se lleva el show. Una voz profunda y grave la motiva, sus textos lo demuestran. No lo conozco, pero los poemas que aquí aparecen me hacen identificarme con ella. Su recurso para escribir es el gusto de hacer poesía; el gusto y la necesidad. La forma se adecua a su voz, no al contrario. La verdad vital de Elisa es agua fría, sin duda. El descarnio, la construcción de su palabra, las formas tan frescas, sorprenden y dejan ganas de conocer más de su obra, sus laberintos. Se puede reir de sí misma con la facilidad con que fusila verdades y mitos sobre temas tan clásicos como el amor o la virginidad o el uso de las drogas en las mujeres. Felicitaciones hasta San Marcos para ella.

ALAN MILLS
Es el editor, recopilador y quien eligió los textos que aquí aparecen. Quisiera felicitarle por la selección que nos ofreció en Aldeas mis ojos porque es una muestra de lo que actualmente se está haciendo en Guatemala y se está haciendo bien. Y si a alguien lo que yo dije anteriormente le cayó mal, recuerden que es una opinión y se acabó, hay textos que me gustan y otros que no, no es mi culpa. Es mi gusto, vaya. Consigan la antología a como de lugar porque está buena y es un documento importante. Creo que lo ¿regalan? en la Municipalidad de Guatemala. Alan, espero juntarnos pronto para echarnos un trago. Uno tras otro.